Se llama “laca de rubia” y comenzó a comercializarse cerca de 1870, según trabajo de especialistas en física, química y microbiología; esto permitirá a encargados de restauración y conservación realizar mejores trabajos de preservación.
Se llama “laca de rubia” y comenzó a comercializarse cerca de 1870, según trabajo de especialistas en física, química y microbiología; esto permitirá a encargados de restauración y conservación realizar mejores trabajos de preservación.