Agencia Internacional de Energía estima que este tipo de energías alcanzarán el 37% de la producción global en el 2026, frente al 30% el año pasado
El desarrollo alcanzado por Europa parece desmentir a Arthur Schopenhauer, pero otras amenazas apuntan a que no hay motivo para esperar sensatez.
Las economías más avanzadas del mundo, que también son las principales emisoras de dióxido de carbono desde la Revolución Industrial, deben abandonar los combustibles fósiles.