Dina Boluarte, presidenta de Perú, calificó la denuncia como una ‘maniobra política’ y negó su responsabilidad en la represión y enfatizó la lucha contra la corrupción.

La mayoría de las víctimas perdieron la vida a causa de disparos de bala por las fuerzas militares desplegadas para controlar las manifestaciones.

Al inicio de noviembre, Dina Boluarte registró un mínimo histórico de aprobación del 10%, disminuyendo cuatro puntos en comparación con octubre.