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LO ÚLTIMO SOBRE: detectives privados

Se dice que la curiosidad mató al gato. Puede ser. Solo que, en el caso de quienes se ganan la vida como detectives privados, su oficio va mucho más allá de fisgonear por las razones que lo hacen (hacemos) la mayoría de los mortales. Ellos obtienen el sustento diario averiguando las acciones privadas de alguien que, habitualmente, se coloca en su mirilla sin siquiera imaginarlo.