Proyecto Daniel hace un llamado para este 4 de febrero, dirigido a ayudar a jóvenes de entre 13 y 25 años que enfrentan esa enfermedad; muchos necesitan transfusiones para ayudar en su tratamiento.
La marca Fitness® lanzó la campaña mundial #CheckChain; un movimiento que conecta virtualmente a las mujeres de todo el mundo, a través de la red social Instagram, con una pose simbólica que representa el autoexamen de seno.
Deyanira Zúñiga recibió el diagnóstico de cáncer de mama en el 2003 y, al mismo tiempo, supo que estaba encinta. Se negó a suspender el embarazo y a recibir quimioterapia hasta que no naciera su bebé. Hoy, el amor de sus hijos la ha hecho olvidar aquellos días de adversidad.
Nidia Castillo sintió un miedo aterrador cuando su esposo le trajo el resultado de los exámenes que confirmaban lo que se temía: sí era cáncer de mama. Siempre se esforzó por lucir lo mejor posible, su familia fue vital en este proceso y Dios la llenó de paz y fortaleza.
Laura Rodríguez Salguero nos compartió la historia de lucha contra el cáncer de mama que protagonizó su mamá, María Elena Salguero, a partir del 2012, cuando fue diagnosticada.
Una recién nacida que no toleró la leche materna llevó a Laura Díaz de vuelta al médico. La madre le pidió que le quitara una masa que tenía en el pecho y había crecido durante el embarazo. Era cáncer y debió someterse a quimioterapia y radioterapia, pero hoy celebra el don de la vida junto a su familia.
Carolina Rudín debió enfrentarse a un cáncer de mama avanzado con apenas 30 años de edad. Pese a que su diagnóstico no era nada alentador, pronto cumplirá seis años de estar “en remisión” (disminución o desaparición de los signos y síntomas de cáncer).
Reina Montenegro perdió su batalla contra el cáncer de mama en el 2006, pero su experiencia inspiró a su hija a luchar para ganar la suya. Esta es su historia.
Ruth Rivera Pereira fue diagnosticada con cáncer de mama después de haber sobrevivido a un cáncer de glándulas parótidas ocho años antes. Su testimonio demuestra que la constancia en los exámenes de control puede hacer la diferencia.
Yo tenía solo 11 años cuando mi madre enfermó de cáncer de seno. El recuerdo es tan vívido como si hubiera sido ayer. Ella salió del hospital el día antes de mi graduación de sexto grado. Estuvo ahí conmigo, tan fuerte y valiente como siempre lo había sido. Corría noviembre de 1981. Luego, mi primer año de colegio transcurrió entre la quimioterapia y las malas noticias del avance de ese monstruo.