Todavía un amplio número de latinoamericanos desconfían de las transacciones por Internet, pero paradójicamente les abren la puerta a los ladrones electrónicos reciclando contraseñas y dando pistas en las redes sociales.
Todavía un amplio número de latinoamericanos desconfían de las transacciones por Internet, pero paradójicamente les abren la puerta a los ladrones electrónicos reciclando contraseñas y dando pistas en las redes sociales.