Luego de dormir durante tres semanas a la orilla del río Enmedio, en Hato de Santa Cruz, y entre cajas de cartones, Marcelina Martínez, de 89 años, y su hijo Marco Tulio Ugalde, de 51, por fin pasaron su primera noche resguardados del frío o del polvazal que traen los ventoleros en estos días.