El plan establecería las condiciones para facultar a los municipios a otorgar autorizaciones a bares, restaurantes y sodas para que utilicen espacios públicos.
Proyecto de ley regularía cobro de permisos y consumo de licor en espacios públicos.
La tramitomanía municipal atenta contra la cacareada ‘reactivación económica’ al punto que impide saborear un café en la terraza de un restaurante o un bar.