El resto del grupo ya cumple medidas cautelares, ya que las audiencias tuvieron que tramitarse por separado por covid–19.
Al sospechoso de 48 años las autoridades le atribuyen establecer contactos que le permitieron operar sin intermediarios y consolidar a la agrupación. Su bajo perfil, en apariencia, le permitió pasar desapercibido por algún tiempo.
Además de reclutar a agentes del OIJ, la banda sondeó información de investigaciones con otros oficiales, un juez meritorio y buscó contacto con fiscala. Previo a la captura, también hay registros de vínculos con Celso Gamboa, quien es el abogado del cabecilla y su esposa.
Decomisos en Italia y España fueron vinculados con organización gracias a coordinaciones internacionales. Situación preocupó a presuntos miembros del grupo.
A otros dos investigadores, quienes también fueron detenidos durante la desarticulación de una banda narco, se les atribuye la facilitación placas de vehículos policiales usados en seguimientos.