La expansión de los mercados externos sería, posiblemente, el único motor capaz de dar impulso a la reactivación

Debemos tomar conciencia de que la sostenibilidad es la base del desarrollo actual y futuro.

Si seguimos difiriendo lo que de cualquier modo “debe” hacerse, a la sociedad le saldrá cada vez más caro el ajuste.

No debemos tomar el PIB y el ingreso como las únicas medidas de éxito de la gestión productiva, pues si bien ofrecen una idea de la cantidad de crecimiento económico, revelan muy poco sobre la calidad del nivel de vida.

Hemos creado la inercia de la deuda, lo que seguramente incidirá en una deceleración del crecimiento del PIB en los próximos años, con posibilidades de quedar muy por debajo de su potencial.

No estamos bien posicionados en indicadores de pobreza, empleo y desigualdad

Un banco central, con las pocas herramientas de que dispone, no puede controlar en forma directa todas las variables de una economía, sino solo una de ellas, precisamente aquella que tiene que ver con la estabilidad de los precios, su principal función.

Del examen que hicimos de la tendencia-ciclo del IMAE y proyecciones hasta finales del 2015, se concluye que el crecimiento del PIB real se situará en alrededor de un 2,5% (1,2% en per cápita) y que la desaceleración observada se revertirá en el tercer trimestre del 2015.