Etiquetas canonización

Se trata de la religiosa ítalo-uruguaya Francisca Rubatto, monja de las Hermanas Capuchinas desde 1884, que se dedicó a los enfermos, especialmente a los niños, jóvenes y ancianos abandonados.


Más allá de los dos reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica, no es difícil hallar otros brasileños que le atribuyan algún milagro: desde la cura inexplicable de un problema de salud, un nuevo trabajo o incluso hechos más simples, como el codiciado e–mail de confirmación con las entradas para la misa en el estadio este domingo.


Las autoridades católicas de nuestro país trabajan para que María Isabel Acuña sea reconocida por el Vaticano. La pequeña murió a los 13 años y dejó una estela de bondad, fe y amor por el prójimo.