Don Bruno Stagno sirve ahora de escudero, y de paso pretende cobrarme a mí hasta sus propios errores. Se da por aludido por el artículo en que aclaro que fue la propia Corte de la Haya la que autorizó el dragado a Nicaragua en su resolución de julio del 2009 y, por tanto, don Óscar Arias se equivoca al señalarme como responsable, igual que equivocó su norte en el caso de Crucitas. Como don Bruno escribe airado y en forma insultante, asumo que también me cobra el haber firmado él mismo su propio nombramiento de embajador y su salida del Gobierno.