El Reino Unido se ha autoinfligido un duro golpe a su maniobrar político: cayó el gobierno en ejercicio, se debilitó el líder de la oposición laborista y se fortalecieron liderazgos sin experiencia, sin claridad y sin hoja de ruta.
El Reino Unido se ha autoinfligido un duro golpe a su maniobrar político: cayó el gobierno en ejercicio, se debilitó el líder de la oposición laborista y se fortalecieron liderazgos sin experiencia, sin claridad y sin hoja de ruta.