En demografía, las tendencias en el crecimiento y las principales características de la población pueden anticiparse con bastante certeza y con mucha antelación, sin embargo, como en otros ámbitos de la política pública costarricense, impera el “cortoplacismo”.
Si bien el déficit fiscal es importante, este no puede ser el todo de las preocupaciones de la ciudadanía.
La insatisfacción con frecuencia muta en conductas antisistema, en ocio crónico y en conductas ilegales y criminales.
Con más de 35 años en vigor, en China, la política del hijo único ha sido una de las más controvertidas.
A las puertas de una reforma fiscal y preocupados por la insostenibilidad de algunos regímenes de pensiones, mientras el gobierno manifiesta abiertamente no tener interés por tomar acciones con resultados a largo plazo (empleo público), vale la pena recordar los peligros de no aplicar medidas preventivas y gradualmente correctivas para evitar que los problemas nos estallen como a otros países.
La población mayor de 65 años es la de mayor crecimiento no solo en Costa Rica, sino en la mayoría de países de la región.
El 2022 será el año en el que Costa Rica comenzará a sentir el impacto del envejecimiento de su población en edad productiva.
El aumento de personas pensionadas en el país y el pago de esas jubilaciones es el reto más grande –junto con lo atención en salud– que tiene el país desde ya y por las próximas décadas.
A criterio del investigador de la Universidad de Costa Rica, el país debe reforzar la inversión en educación para terminar de sacarle provecho al bono demográfico y así tratar de enmendar lo ocurrido en los años 80, cuando no se invirtió en educación y se dio paso a la generación perdida.