Un simple dibujo podría ser el camino más efectivo para ingresar a la mente de un niño, escarbar en su inconsciente y sacar a jugar sus emociones; esas que se resisten a manifestarse a través de las palabras.
Un simple dibujo podría ser el camino más efectivo para ingresar a la mente de un niño, escarbar en su inconsciente y sacar a jugar sus emociones; esas que se resisten a manifestarse a través de las palabras.