Todo el proceso de adhesión de suecos y finlandeses se encuentra bajo una espesa nube por la postura de Turquía, que amenaza con ejercer su derecho al veto.
El anuncio de la intención de los dos países nórdicos de sumarse a la poderosa alianza militar promovió un veto inicial por parte de Turquía, un miembro esencial del bloque, que finalmente dio su acuerdo de principio.
El martes por la noche, los gobiernos de los tres países firmaron un memorando de entendimiento que abre el acceso de las dos naciones nórdicas a la Alianza Atlántica.
Acuerdo trilateral allana el camino para que estos dos países del vecindario de Rusia engrosen la Alianza enemiga de Moscú, tras décadas de neutralidad militar.
Negociaciones deberán ser acompañadas por el secretario general, Jens Stoltenberg, aunque el gobierno turco adelantó que la reunión no significa necesariamente la proximidad de un acuerdo.
El bloque anunció su decisión el jueves, cuatro meses después del inicio de la ofensiva militar lanzada por Rusia contra Ucrania, que tiene entre sus objetivos poner fin al acercamiento entre Kiev y los países occidentales.
Macedonia del Norte, Albania, Montenegro y Serbia llevan varios años esperando, sin grandes avances en su camino a unirse al bloque.
La Comisión Europea se había pronunciado del viernes en favor de conceder esa condición a Ucrania y Moldavia, y el acuerdo a ser sellado esta semana sería el primer paso de un proceso que normalmente lleva varios años.
El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, se reunirá con representantes turcos, suecos y finlandeses con la esperanza de desbloquear las conversaciones antes de la cumbre de la próxima semana.
Por el momento, Turquía mantiene su veto a la adhesión de finlandeses y suecos a la alianza militar; las conversaciones trilaterales se reanudarán mañana en Bruselas.