Sopa de rata, crímenes sangrientos y violaciones. Han pasado 40 años desde el cierre de la Penitenciaría Central, sin embargo, lo que allí se vivió permanece en el inconsciente de quienes estuvieron dentro del reclusorio.
“Esta actitud contamina todo porque levanta un muro invisible que hace creer que marginando, separando o aislando se resolverán mágicamente todos los problemas”.
El suceso ocurrió a eso de las 4:45 p. m., cuando el carro, procedente de San Ramón, estaba a punto de llegar a su destino en el Complejo Forense de San Joaquín de Flores.