El filme cuenta narra la historia de una red de espionaje cubano dentro de las organizaciones anticastristas en la década de 1990.
Descrita como la película más íntima del director español, la producción vuelve a reunirlo con Antonio Banderas y Penélope Cruz.
Un minuto de silencio, llanto y aplausos se despidió al diseñador fallecido el mes anterior y quien pidió no tener un funeral público.