Mercedes Agüero R.
Ir al trabajo y regresar a la casa significa al menos dos horas más para los trabajadores que deben transitar por la vía de Circunvalación o las rutas aledañas.
Esto ha llevado a algunas empresas ubicadas al oeste de la capital a incentivar prácticas como el teletrabajo o la flexibilidad en los horarios de ingreso.
Este es el caso de las compañías Procter & Gamble y Alimentos Prosalud (antes Sardimar), ubicadas en el parque empresarial Forum, en Santa Ana.
Alejandra Cobb, directora asociada de Comunicaciones de Procter & Gamble, dijo que muchos de los empleados trabajan algunos días desde su casa o han modificado voluntariamente sus horarios para minimizar los congestionamientos en las calles.
El colapso vial y el mayor tiempo de desplazamiento no solo provoca que el personal llegue tarde a la oficina, sino que disminuya el tiempo con su familia al regresar del trabajo, agregó.
Entre tanto, Shirley Romero, directora de Comunicación Corporativa de Alimentos Prosalud, manifestó que para no quedar mal con la entrega de productos en supermercados y otros comercios, se han visto obligados a adelantar 12 horas el tiempo para alistar los pedidos.
Con respecto al personal, explicó que ahora sale más temprano de la casa para poder llegar a tiempo. También están tardando casi una hora más para regresar.
Según dijo, algunas personas prefieren desplazarse desde San José a la planta de la empresa en Puntarenas en vez de enfrentar el caos vial para llegar a Santa Ana.
“Me duele por la gente, porque están tardando como dos horas más en la calle. Nos preocupa porque les damos tiempo para que puedan estar con su familia (...). En los casos donde se puede, sí se aplica el teletrabajo”, aseguró.
Para Gonzalo Delgado, coordinador de la Comisión de Obra Pública de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Privado (Uccaep), es muy difícil cuantificar pérdidas, pero según dijo, solo el hecho de que la gente pase al menos una hora más en la calle es muy significativo.
“Estamos como cuando una persona padece de presión arterial y se taquea una arteria. Lo peor es que la solución definitiva no la vemos a corto plazo”, aseveró.
Del lado de los autobuseros, Maritza Hernández, presidenta de la Cámara Nacional de Transportes, contó que el tiempo de viaje en bus ha aumentado en un 15%.
Es decir, los pasajeros ahora tardan, en promedio, una hora más en llegar a su destino. También hay mayor consumo de combustible.
El Gobierno estima que por cada día de cierre de la vía el país pierde, en promedio, ¢174 millones, aseguró el ministro de Transportes, Pedro Castro.