Voluntarios en plan piloto de gasolina con etanol firmarán contrato con Recope para recibir combustible gratis

Recope y Minae afirman que entrega de carburante se manejaría como contraprestación por un servicio recibido; aclaración se dio luego de que presidente Carlos Alvarado anunció que combustible se regalaría

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Los dueños de carros que participen en el plan piloto para poner a prueba la gasolina con etanol deberán firmar un contrato con Recope, el cual establecerá las responsabilidades de las partes durante el tiempo que dure el proyecto.

Solo mediante el contrato, los voluntarios recibirían gratis la mezcla del carburante para usar en sus vehículos.

Ese acto jurídico prevendrá eventuales ilegalidades a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) al entregar gratuitamente el combustible, como lo expresó el presidente Carlos Alvarado Quesada el 28 de enero, cuando afirmó que la empresa regalaría la llamada gasolina ECO95 a los voluntarios.

Ese día, en Casa Presidencial, el mandatario adelantó que en próximas semanas firmará un decreto para autorizar a Recope realizar las mezclas y determinar qué tipo. Además, se establecerá la habilitación de dos estaciones de servicio para que los participantes de la prueba puedan llenar sus tanques de combustible gratis.

La complicación es que el artículo 6 de la Ley de Recope (Ley 6588) impide a la Refinadora donar combustible o subvencionarlo. Además, el artículo 5 de la Ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, Aresep, (Ley 7593) precisa que en Costa Rica solo esa institución fija el costo de los servicios públicos entre los cuales figura el suministro de combustibles.

La Nación consultó a Recope sobre esta situación debido a las declaraciones del mandatario.

La empresa aclaró que el combustible no se brindará de forma gratuita sino que se tratará legalmente de una contraprestación por un servicio recibido en el marco de un contrato entre los voluntarios y Recope.

Según Recope, el voluntario estará obligado a facilitar información sobre sus valoraciones de la mezcla, poner su propio vehículo a disposición para pruebas que se consideren necesarias previas a participar en el plan, y otros deberes y responsabilidades todavía por definir, informó el área de prensa de Recope.

Carlos Manuel Rodríguez, ministro de Ambiente y Energía, también confirmó que no mediará pago por la mezcla al ser una contraprestación de Recope por un contrato con el dueño de carro que participa en el plan voluntario.

“Actualmente, se está trabajando en todos los detalles del Plan de Voluntariado, entre ellos se incluye lo referente a los términos contractuales y las responsabilidades entre las partes. Estamos con un sinnúmero de detalles técnicos sobre cómo va a operar el plan”, agregó Rodríguez.

Como parte de ese contrato también se contará con alguna figura de fiscalización independiente de Recope y de los participantes, con la intención de que verifique primero el correcto desempeño de los motores participantes antes de utilizar la ECO95. También habrá verificaciones adicionales durante ejecución del programa piloto.

Ante consultas de este diario, Recope aseguró que sigue los procedimientos que estipula la Aresep cuando se implementan planes piloto en empresas que brindan servicios públicos.

Arranque fallido

En abril de 2019, la Refinadora intentó vender gasolina con etanol, con ese fin incluso solicitó a la Aresep un aumento de tarifas en los combustibles para financiar la iniciativa.

Aresep negó el alza y en julio de ese mismo año, la Intendencia de Energía de la Aresep indicó que Recope carecía de “análisis técnico y científico” y “atropellaba” la potestad legal del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) como responsable de fijar el porcentaje de alcohol a mezclarse con el hidrocarburo.

También señaló que la Refinadora omitió gestionar permisos para el almacenamiento del producto ante el Minae.

Por esta razón, la administración de Carlos Alvarado Quesada aplazó para mayo del 2020 la producción y distribución de ECO95.

La principal queja en aquel momento era su posible impacto en los motores, donde el etanol opera como “detergente”.

Al ser un solvente, el etanol puede quemar empaques y hules en partes del motor y, además, arrancar impurezas adheridas en los tanques de combustible que se meten en los inyectores.

Esto puede ensuciar tanto esas piezas responsables de llevar combustible a las cámaras de combustión del motor que se traban, produciendo luego un efecto de “cabeceo” en el vehículo que envía a su propietario al taller de servicio.

Otra preocupación es que la mezcla tiene menos poder energético respecto a la gasolina pura, por lo cual, para recorrer la misma distancia, el consumidor requeriría alrededor de 4% más de carburante, según un análisis de dos agencias de Gobierno de Estados Unidos.