Cuídese de las tentaciones basadas en aparatos y lea, cuidadosamente y en serio, lo que firma.
Estos son los cuidados esenciales sugeridos por la Superintendencia de Telecomunicaciones a personas que consideren cambiarse de operador cuando se estrene en Costa Rica el derecho a la portabilidad numérica, el próximo 30 de noviembre.
“La idea no es que la gente se pase, es que conozca el derecho y las opciones con él. Antes de considerar el cambio, lo más importante es evaluar el servicio actual. Si no hay razones para el cambio, los usuarios no tienen que hacerlo, pero quien sí lo haga, debe aclarar hasta la última duda del futuro contrato”, recalcó Eduardo Castellón, portavoz de Sutel.
El vocero enfatizó que la prudencia es un elemento clave porque este ingrediente obligará a las empresas del sector a ser más audaces en sus ofertas, lo cual supone seducir a los eventuales clientes con toda clase de tentaciones que irán desde nuevos aparatos hasta mejores condiciones.
Sin embargo, como en un matrimonio, cualquier contrato supone derechos y obligaciones tanto en el contrato con su operador como con uno futuro si se cambia.
“Si alguien tomó un plan que incluyó un teléfono caro, eso se subsidia con el cobro mensual del servicio. Si alguien se cambia, debería antes cancelar el contrato pagando el remanente del subsidio por el teléfono adquirido”.
El vocero cree aconsejable, antes de tomar un plan y un teléfono, indagar cuál es el peso económico del teléfono en el recibo mensual, si el aparato es de alta gama y si será subsidiado en el marco de un contrato de uno o dos años.
Así, la persona sabrá cuánto paga del subsidio por mes y hacer cálculos de cuánto le cuesta terminar de pagar el teléfono si luego decide “nadar en otras aguas”.
Cuidando el buen nombre. Un usuario puede abandonar su plan por otro con un operador distinto, pues esto no impide ejercer el derecho. Sin embargo, dejar una estela de deudas por teléfonos sin pago trae consecuencias.
“El riesgo de tomar un plan con un teléfono costoso y solo usarlo masivamente un mes para luego ir a otro operador, puede manchar el historial crediticio de una persona. Eso luego se traducirá en dificultades si, por ejemplo, ese usuario irresponsable requiere gestionar un préstamo bancario. Ahí lo sentirá”, manifestó Castellón.