La junta administradora del cementerio de Tibás acordó recientemente eliminar uno de los dos pasillos de acceso al sector noroeste de ese camposanto para levantar ahí 10 nuevas fosas.
Así lo confirmó el administrador Celso Cyrman, quien afirmó que hay una lista de espera de 73 personas desde varios años y la junta administradora acordó construir las tumbas a los diez primeros solicitantes de la lista.
"Es algo que estaba programado desde hace unos ocho años. Yo tengo cuatro aquí", comentó.
Añadió que se construirán de acuerdo con lo que estipula el Reglamento General de Cementerios publicado en La Gaceta 19 de diciembre del 2005. Ese reglamento impide que las bóvedas estén a más de 70 centímetros del suelo o que tengan una profundidad mayor a dos metros. Las nuevas tendrán capacidad para dos cuerpos cada una.
Según Cyrman, el cementerio se hace pequeño para atender la gran demanda de bóvedas para arrendamiento y por eso se decidió hacer las nuevas.
Como ahora deben estar a por lo menos tres metros de las tapias, un espacio que quedaba en el sector suroeste donde cabían otras cuatro bóvedas se descartó.
Cyrman afirmó que las 10 que se construyen posiblemente sean las últimas, ya que no hay espacios disponibles.
Costos. El derecho de arrendamiento de cada una de esas bóvedas tendrá un costo de aproximadamente ¢1 millón, pero serán los encargados del departamento de Ingeniería de la municipalidad los que hagan los cálculos. Hace seis años se hicieron dos cerca de ahí y los derechos de arrendamiento eran de ¢800.000.
"Tibás tiene una gran población y mucha gente llama diciendo que nunca habían pensado en que el espacio se agotaría", acotó.
El administrador reconoció que deberán construir unas gradas, ya que once tumbas que están al fondo en esa zona solo serán accesibles en el sentido de sur a norte y hay un escalón alto para llegar a ellas, lo que dificultaría el traslado de cuerpos a esas sepulturas por la única vía que en adelante quedará accesible.
Según el censo del 2011, Tibás tiene una población de 64.842 habitantes, concentrados mayoritariamente en la cabecera, donde se encuentra el único cementerio municipal, fundado desde 1861 y que recibe difuntos cuyos parientes demuestren que residían en alguno de los cinco distritos.
La solicitud de bóvedas se debe a que en los nichos de alquiler, los cuerpos solo pueden estar durante cinco años, prorrogables hasta un par de años más si la persona demuestra que tiene campo en otro cementerio para llevárselos o algún contrato para cremar los cuerpos, caso contrario, los restos pasan al osario general.
Cyrman explicó que en los últimos dos años se han tramitado unos cuatro casos de personas que retiran los restos para cremación. El alquiler de un nicho por cinco años cuesta ¢21.000 y la prórroga ¢4.200 por año.
El administrador informó que otros cementerios de cantones muy poblados como Moravia y Guadalupe, también presentan problemas de espacio. También les afecta la limitación de hacer bóvedas hacia arriba de las existentes, según lo dispuesto en el más reciente reglamento.