Centro Nacional de Rehabilitacin (Cenare). Reportaje sobre la vida despus del accidente de trnsito. Marcel Mora Rojas recibe rehabilitacion en el centro luego de haber tenido un accidente de transito en su motocicleta, se lesiono la cadera y un brazo. (18-03-2013). Fotografia Marcela Bertozzi. (Marcela Bertozzi)
El domingo 16 de mayo del 2010 marca un antes y un después para Yahaira Méndez.
Antes de la una de la tarde de ese domingo, esta vecina de Concepción de La Unión disfrutó un paseo en Puntarenas junto a dos hijos y una amiga. Antes de ese domingo, trabajaba como comerciante, era una mamá dedicada por completo a sus hijos y una mujer entusiasta para proyectos.
¿Después? Solo recuerda lo que dijeron testigos: un furgón golpeó a un carro a la altura del kilómetro 51, en la vía San José-Caldera. El vehículo perdió el control y chocó contra el Geo Tracker que conducía Yahaira.
La historia la revive tres años después en una silla de ruedas, mientras los médicos del INS intentan controlar una infección de huesos que le impide caminar y pone en riesgo su pie derecho.
“Son tres años en que no he visto la luz. Dejé de trabajar, he pasado internada varios meses separada de mi familia, no puedo caminar y dependo de otros para lo básico, como ir al baño o vestirme”, dice la mujer, de 35 años.
El golpe. Casi 25.000 personas al año atiende el Instituto Nacional de Seguros (INS) por accidentes viales. Solo esa atención cuesta más de ¢28.519 millones.
A la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) llegan más de 30.000 víctimas anuales a urgencias, el primer punto de choque tras recoger a las personas de la calle. Esta atención consumió ¢2.319 millones en el 2011.
Esas dos instituciones invierten, en conjunto, más de ¢40.000 millones al año.
Esa cantidad se puede multiplicar varias veces pues los datos oficiales no consideran el impacto de las incapacidades y el costo social que un accidente de estos trae para las familias de los supervivientes. La mayoría debe dedicar tiempo y dinero para apoyar la recuperación de su pariente.
Tiempos. En promedio, quien sufra una fractura no complicada de fémur o tibia, tarda cuatro meses en rehabilitarse, en un intento por volver a la vida que se tenía antes del accidente, explica el fisiatra Roberto Aguilar Tassara, del Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare).
Pero una gran cantidad de casos supera ese plazo y puede requerir varios años (el caso de Yahaira o el de una víctima con trauma craneoencefálico), o toda su vida, agrega Rónald Monge, de INS-Salud.
Esto último ocurre a quienes sufren lesiones en la médula espinal, que los dejan parapléjicos (paralizados de la cintura hacia abajo) o tetrapléjicos (sin mover las cuatro extremidades).
Anualmente, se registran más de 500 muertes por accidentes en las vías (518 fallecidos en el 2011; el Cosevi no aportó los datos del 2012); más de la mitad de esos muertos son hombres.
¿Y los supervivientes? En el INS, de diez que entran por accidentes, siete son víctimas de las vías. De ellos, cuatro son motociclistas. “Hoy, tenemos lesionados más graves; muchas son personas que quedarán discapacitadas de por vida”, dice Rónald Monge.
“Es una situación complicada”, agrega Aguilar Tassara. El fisiatra contó que, en el 2012, el Cenare atendió 35 pacientes con lesiones complejas por accidentes viales. Entre los 35 se registraron 915 días de estancia hospitalaria.
El costo de la atención de estas personas (sin contar las incapacidades y otras ayudas técnicas), superó los ¢400 millones.