San Isidro de El General . Llega la noche. La poca luz que entra por las puertas y ventanas ya no es suficiente para ver con claridad dentro de su casa, pero ya no se puede encender todas las luces.
El plan para la noche ahora es encender solo los bombillos estrictamente necesarios.
Además, desde hace unos meses quitó la ducha del baño y se cocina más con leña.
Esto no es un proyecto. Esta es la realidad de Minor Romero y su familia, vecinos del barrio La Cooperativa en esta ciudad.
Todas estas medidas de ahorro, afirma Romero, se debe a que el bolsillo ya casi no les da para pagar los aumentos de los servicios públicos, sobre todo, la electricidad “que ha subido de manera desproporcional”.
Él es pensionado. Vive con su esposa, Ginneth Duarte, y dos hijos mayores de edad quienes colaboran con los gastos de la casa. Otra hija, de 18 años, recientemente se desplazó a Heredia para asistir a la universidad.
Esto implica mayores gastos por lo que todos han tenido que socarse la faja para cubrirlos.
Romero es abonado del servicio eléctrico del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y en promedio pagaba ¢22.000 de luz, pero este año la historia cambió.
“El recibo de enero nos llegó por ¢30.000, por eso decidimos ajustarnos aún más con el gasto, dejar de utilizar un poco los bombillos y algunos aparatos eléctricos. Aún así, el siguiente recibo llegó prácticamente igual”, se quejó.
Dicho cobro corresponde al mes de febrero y fue por ¢29.700.
“Todo esto es muy difícil. Uno ve que todo sube. La luz sube, el bus sube, el agua sube y los ingresos se mantienen igual, ya uno no sabe ni para dónde agarrar”, se lamentó el padre de familia.
Según dijo, ante los gastos crecientes, la familia ha tenido que posponer otras inversiones urgentes como es darle mantenimiento a su vivienda.
“No se puede. No hay de dónde agarrar”, contó.