Hogares y comercios sufren cada día más por la falta del gas licuado de petróleo (GLP), pese a que la compañía Gas Zeta se comprometió a normalizar el servicio desde ayer.
Costa Rica suma 13 días de abastecimiento irregular debido a que Zeta, la empresa más grande del país, está surtiendo el 40% de la demanda aunque le corresponde cubrir el 72%.
Miguel Monge, el nuevo gerente de Gas Zeta, había anunciado que los planteles volverían a la normalidad desde ayer, pero eso no se dio. Según dijo, la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) se niega a cargar muchos de sus camiones, debido a que el exgerente –y todavía apoderado legal– Noel Bustillos, así lo solicitó mediante una carta, la semana pasada.
“Solicitamos la reincorporación y Recope se ha tardado más de 24 horas en rehabilitarnos el permiso de ingreso y carga. Estuvimos desde la mañana (de ayer) detrás de la autorización, pero nos fuimos vacíos y no hemos tenido una resolución satisfactoria. Al final, el que sufre es el consumidor”, indicó.
Los conflictos en Zeta responden a un lío judicial entre dos bandos a raíz del divorcio de sus propietarios. Monge señaló que la unidad legal de Recope le pidió ayer el expediente del caso judicial, pues aún no conocían la nueva orden del juez.
Una vez que las unidades trasladen el gas desde Moín hasta el área metropolitana, el servicio tardaría unas 48 horas en normalizarse. Para ello sería necesario realizar unos 50 viajes y llevar 500.000 galones de gas, lo que implicaría tres días de carga continua, ida y vuelta.
Felipe Mejía, vocero del bando contrario, dijo que el actual gerente y otros empresarios tienen “secuestradas” las plantas, y están desacatando órdenes.
Pese a varios intentos, ayer no fue posible obtener alguna reacción de Recope.