Mario Calderón Cornejo, exencargado de las Unidades Especiales de la Fuerza Pública, asume la dirección de la Policía de Tránsito con la idea de que la mejor manera de dirigir ese cuerpo es ponerse en los zapatos de peatones y conductores, al tiempo que ordena la casa. Él, de 54 años y quien se autodenomina “administrador policial”, pedirá a los tráficos mucho trabajo y, sobre todo, cero corrupción. También llamó a los conductores a respetar la ley de tránsito. Acá, un extracto de una entrevista con La Nación.
Después de tantos años en la Fuerza Pública, ¿por qué decide llegar al Tránsito?
Yo llego al cargo por una oferta que me plantea Celso Gamboa (ministro de Seguridad) para tratar de ayudar al ministro de Transportes desde esta posición. Vengo luego de toda una consulta con mi familia y tomo la decisión como un reto y una posibilidad de ponerme al servicio de mi país bajo el concepto de administración policial.
¿Qué le pide el ministro de Transportes que haga en el mando de la Policía de Tránsito?
En primera instancia, me pide que organice todo el cuerpo de la Policía de Tránsito con elementos de un concepto disciplinario, en función de que es un cuerpo armado y que requiere una formación disciplinaria. Un elemento primordial es la cero tolerancia con el tema de la corrupción e irregularidades que están al margen de la ley.
¿Cómo será su gestión en la Policía de Tránsito?
Hay dos elementos que competen a mi gestión. Una es administrativa y la otra es en la calle. En las noches hago alguna supervisión, vengo con la filosofía de trabajo que aprendí en la Fuerza Pública: soy policía las 24 horas del día.
Antes de ser director de Tránsito, como conductor, ¿qué percepción tenía de este cuerpo policial?
Viera que cosa más curiosa, porque uno de los elementos que me hace llegar aquí es justamente ese: ¿qué espera el ciudadano de la Policía de Tránsito? Con base en eso voy a aplicar los cambios.
¿Qué tipo de cambios?
Aplicar bien los tres elementos de Tránsito: la regulación, la operatividad; es decir, hacer operativos de control, y la otra es la atención rápida de los accidentes.
El ministro de Transportes, Carlos Segnini, pidió aplicar mano dura al que llamó ‘vivazo’ de las carreteras, quien crea tercer carril o estaciona donde no es permitido.
Ya hemos pedido las primeras acciones, donde se hace tercer carril, para evitar eso. En algunas ocasiones, se debe felicitar (a los policías) que efectúan un control que permita este tercer carril controlado, que permitan la circulación, pero cuando se hace a la brava, eso se tiene que quitar.
¿Ya se leyó la ley de tránsito?
Estoy en el proceso de estudio. No puedo decir que no la conozco, pero la estoy asimilando.
Para usted, ¿cuál es el principal problema del desorden en las calles? Solo el viernes pasado hubo 113 accidentes en cuatro horas.
El principal problema es el poder adquisitivo del costarricense. Este ha crecido al punto de que en una casa usted puede llegar a ver hasta tres carros y eso repercute en el oficio nuestro. Eso, sumado a que tenemos poco personal y a que la cantidad de obras de infraestructura no ha crecido al mismo tiempo.
¿Cómo va a hacer para que ese escaso personal (900 oficiales para todo el país) sea más afectivo?
Estoy pidiendo al equipo de supervisión que vayan y evalúen a los oficiales, porque aquí tenemos los elementos. Les estoy pidiendo que vayan y tomen videos y fotos y luego se llame al oficial destacado en esa zona para decirle por qué no estaba haciendo su trabajo e iniciar un proceso administrativo. Tenemos que cumplir pues yo no puedo obviar que, si veo algo en la calle, debo atenderlo.
Hay oficiales con muchos años en una zona y muchos conductores critican que por tener tanto tiempo ahí no aplican la ley por ser amigos de los conductores. ¿Sabe de eso? ¿Qué hará?
Eso sucede en todos los países del mundo. Nosotros venimos con una idea de administración policial para hacer la rotación. Lo que vamos a hacer es trasladar jefaturas por jefaturas no van a perder el cargo. Acá el problema es la familiarización social que se tiene en el ambiente.