Corresponsal
La vía Zarcero-Ciudad Quesada- San Carlos, cerrada el pasado miércoles a la altura de Tapezco por la caída de piedras gigantescas tras el terremoto de Nicoya, fue reabierta ayer en la mañana.
La noche del sábado, el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) terminó de remover los obstáculos que impedían el paso.
No obstante, la posibilidad de nuevos derrumbes sigue latente.
El paredón, de 80 metros de alto, del que se desprendieron piedras hasta de 15 toneladas, está flojo.
La preocupación es tal, que miembros de Fuerza Pública tienen presencia permanente en el lugar, con el fin de monitorear el comportamiento del cerro.
En esa labor de control están siendo apoyados por oficiales de la Policía de Tránsito.
Renato González y Carlos Ovares, de la delegación de la Fuerza Pública en Zarcero, dijeron tener orden estricta de cerrar el tránsito de vehículos en el mismo momento en que detecten que nuevos derrumbes están por ocurrir.
“Hay peligro real y no vamos a dudar en acatar las instrucciones de nuestros superiores”, advirtió Ovares.
José González, vecino de Zarcero, expresó su inquietud, “ya que a simple vista se ve que el paredón está muy flojo y que, ya sea por la lluvia, un nuevo sismo o por la vibración de los camiones pesados, podría repetirse el deslizamiento del miércoles”.
Flujo de vehículos. Si bien la vía quedó habilitada desde las 6 a. m. de este domingo, durante la mañana fueron pocos los vehículos que pasaron de Zarcero hacia Ciudad Quesada, y viceversa.
Sin embargo, desde de la 1 p. m. la situación comenzó a cambiar y, una hora después, el flujo vehicular se dio de manera constante.
Choferes y acompañantes se manifestaron impresionados por el enorme tamaño de las piedras que fueron removidas de la vía, que no sufrió daños importantes.
“Si una roca de esas cae sobre un carro, solo un milagro podría salvar a sus ocupantes de una tragedia”, expresó, con tono de preocupación, Gerardo Monge, de Desamparados, San José, quien se dirigía a Ciudad Quesada a ver el juego entre San Carlos y Saprissa.
La reapertura fue bien recibida por el comercio de esa zona.
Los dueños de sodas de los alrededores, como es el caso de Mario Rodríguez, afirmaron que las pérdidas llegan al 80%. Además, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes dinamita las piedras del lugar, lo que molesta a los vecinos.