La confirmación de tres casos de sarampión importados a Costa Rica, forzó al Ministerio de Salud a iniciar una búsqueda activa de posibles enfermos, confirmó este viernes el ministro Daniel Salas Peraza.
Se estima que esta acción se mantendrá por unos 20 días.
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La decisión se tomó luego de que este jueves se ratificó que una familia procedente de Francia estaba enferma con el virus. Los afectados son un niño de cinco años y sus padres, de 30 y 35 años.
Todos ellos permanecen internados bajo estricto aislamiento en el Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas.
Con su ingreso al país, el 18 de febrero pasado, las autoridades temen contagios.
Según Salas, han vacunado a 24 personas luego de rastreos iniciales de individuos que tuvieron contacto con los extranjeros.
Sin embargo, continuarán en la detección de individuos con quienes esta familia se relacionó desde su salida de Francia hasta su estadía aquí: pasajeros, personal de aerolíneas, aeroportuario, encargados de servicios que los hayan atendido, etc.
El trabajo se realiza en coordinación con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) aseguró el jerarca.
“Es improbable una epidemia dados nuestros fuertes esquemas de vacunación, pero sí pueden haber pequeños brotes o casos secundarios asociados a este caso. Sin embargo, los niños menores a cinco años son los más expuestos, por lo cual pedimos a la población acudir a los servicios de salud a vacunarse”, instó Salas Peraza.
El sarampión es un virus muy contagioso. Hasta 15 personas se pueden contagiar por cada enfermo. Se transmite por medio de gotitas de saliva que salen expulsadas hacia el ambiente cuando alguien enfermo tose o estornuda.
Las complicaciones más graves son ceguera, neumonía e inflamación cerebral que, en los casos más graves, pueden provocar la muerte.
Costa Rica no presenta casos autóctonos de sarampión desde 2005; el último importado antes de estos casos fue en el 2014.
Esta enfermedad, que estaba controlada en el mundo, se ha reactivado producto del movimiento antivacunas.
En el estado de Washington, Estados Unidos, un brote se desencadenó en enero pasado y afectó a unas 30 personas, lo que obligó a las autoridades estatales a declarar estado de emergencia sanitaria.
En América Latina se han registrado más de 7.000 enfermos de sarampión en los últimos meses y han muerto 72 personas.