Los ladrones de cable eléctrico han dejado sin agua a unos 35.000 vecinos de los barrios del sur de San José y de San Pablo de Heredia, pues los daños causados a los pozos del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) los saca de operación durante varias horas, incluso días.
Entre el 26 de febrero y el 11 de marzo pasados, AyA registra cuatro robos con daños considerables a la infraestructura de los pozos, lo cual ha disminuido al producción en unos 12 millones de litros de agua. En promedio, cada pozo estuvo fuera de operación entre 10 y 15 horas mientras se reparaban los daños.
En cada uno de estos robos, se ha interpuesto la denuncia respectiva ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
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“El costo estimado de los equipos dañados y robo, principalmente de cable, supera los ¢2,5 millones, sin contabilizar el costo de la afectación para las personas usuarias del servicio, desplazamientos de personal, trabajos en horas no hábiles y otros aspectos logísticos propios de estas situaciones”, dijo Roy González, ingeniero de operación y control del AyA para la Gran Área Metropoligana (GAM).
Según la entidad, en la GAM hay más de 40 sitios con equipos de bombeo para extraer agua. Tienen sistemas electrónicos que son monitoreados desde el centro de control operación. Aunque estos lugares cuentan con mallas perimetrales, paredes, techos de concreto y puertas de seguridad, los maleantes logran ingresar.
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AyA aseguró que está reforzando accesos y cierres perimetrales al tiempo que aumenta la iluminación de los sitios y gestiona la instalación de cámaras de seguridad electrónica para vigilar la infraestrutura. Además, aumentó la frecuencia de los recorridosde inspección de día y noche elevó.
Acueductos hace un llamado a los vecinos de comunidades donde están localizados estos pozos para que denuncien si detectan movimientos sospechosos por medio del número de emergencias 9-1-1.
Este tipo de vandalismo contra infraestructura pública se suma al que han denunciado otras dependencias como el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), y el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).
Los ejemplos son muchos y variados. En julio del 2020, la extracción de cable afectó el enlace de fibra óptica del ICE y esto dejó sin posibilidad de hacer teletrabajo, recibir clases virtuales y realizar otras actividades a pobladores de comunidades de Heredia, Alajuela y la parte norte de San José.
La línea férrea también se ha visto perjudicada. En mayo del 2021, trascendió el daño ocasionado en un tramo de varios metros de la línea del tren entre San José y Heredia, donde vándalos saquearon 359 piezas de hierro y acero para revenderlas en el mercado negro.