Además de buscar cómo atender los hogares afectados por el desempleo o la disminución de ingresos debido a la pandemia por covid-19, el IMAS tuvo que sacudir su presupuesto para girar recursos a familias que ya estaban en situación de pobreza antes de la crisis.
El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) debió “raspar la olla” para otorgar, por un mes, un subsidio único de ¢125.000 a un total de 33.000 hogares en condición de vulnerabilidad.
Los beneficiarios fueron seleccionados a través del Sistema Nacional de Información y Registro Unico de Beneficiarios del Estado (Sinirube).
Esa herramienta de precisión conoce la realidad socioeconómica del 80% de la población costarricense e identifica factores de vulnerabilidad o pobreza.
Así se eligió a las personas que recibirán este nuevo bono, según explicó Juan Luis Bermúdez, ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y presidente ejecutivo del IMAS.
“Para priorizar la atención de aquellas familias que puedan verse en una mayor vulnerabilidad frente a esta emergencia, pudimos seleccionar cuáles son las que acumulan distintas características que para nosotros son prioritarias: una jefatura femenina, una persona adulta mayor, una persona con discapacidad, o persona menor a cargo”, indicó Bermúdez.
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A los encargados de las familias beneficiarias les llegará un mensaje de texto del IMAS para notificarle el otorgamiento del subsidio.
El dinero se depositará en sus cuentas bancarias sin la necesidad de que brinden información personal, como contraseñas.
A quienes no tienen una cuenta activa, se les abrirá una en el Banco Nacional de Costa Rica, sin que tengan que desembolsar nada.
Lo anterior es importante que los beneficiarios lo sepan para que no sufran ningún tipo de estafa.
Para las 33.000 familias beneficiarias se dispone de un presupuesto de ¢5.097 millones. Inicialmente, será un depósito único, a diferencia del bono Proteger, que es por tres meses.
Bermúdez señaló que para encontrar los recursos debieron hacer una reorganización del presupuesto del IMAS y tomar dineros de programas sociales que dejaron de ser prioritarios en este momento, como capacitación o ideas productivas.
“Es un raspado de olla que hicimos en la institución (...). Lo que hicimos fue tomar esos recursos para la atención inmediata de las familias y distribuirlos", aseveró.
Una diferencia entre este subsidio y el bono Proteger es que los beneficiarios de la primera iniciativa fueron previamente seleccionados mediante el Sinirube, mientras que para acceder a la otra ayuda estatal hay que realizar una solicitud mediante la plataforma digital www.proteger.go.cr.
Proteger está orientado a asalariados que quedaron desempleados, con contratos suspendidos o jornadas reducidas a raíz de la pandemia.
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Bermúdez sostuvo que para tener recursos para una segunda o tercera asignación a esas 33.000 familias pobres se necesitaría que el Congreso un proyecto que propone trasladar ¢75.000 millones de las utilidades del Instituto Nacional de Seguros (INS) al Estado.
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Por otra parte, detalló que el IMAS atiende, principalmente, a poblaciones con referencias de otras entidades del sector social, como el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) o el Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis).