Especialistas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) encontraron fisuras profundas en una ladera ubicada en el kilómetro 22 de la carretera Braulio Carrillo, que enlaza San José con Guápiles.
Los ingenieros –especializados en la construcción de túneles– temen que la constante filtración de agua sature los suelos y desestabilice lo que queda de la pared, pues parte de ella empezó a desprenderse desde el 27 de abril, cuando ocurrió el primer derrumbe.
En la actualidad, lo que queda es una montaña muy vertical que tiene hasta 100 metros de altura y sin cobertura vegetal, situación que facilita aún más el desprendimiento de materiales.
Los ingenieros del ICE también recomendaron suspender el uso de dinamita en el sitio, para no afectar un bloque de roca dura que podría provocar daños peores en la carretera al Caribe.
La información la confirmó el ministro de Obras Públicas y Transportes, Francisco Jiménez.
Sin embargo, ni el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) ni el Instituto divulgaron el informe completo emitido por los especialistas.
Elbert Durán, vocero del ICE, sostuvo que él único autorizado para dar a conocer el contenido del documento era el MOPT.
En la otra acera, el Ministerio se limitó ayer a enviar un escueto comunicado de prensa, en el que confirma la participación de especialistas del ICE, pero no dio a conocer los alcances del estudio geotécnico en la carretera.
Aunque la maquinaria logró remover todo el material que cubrió la calle, el Ministerio solo autorizó la apertura con paso regulado desde el sábado pasado.
Allí solo se recomienda el uso del carril externo (el más cercano a los precipicios), pues no se descarta la caída de más materiales desde las laderas.
El paso se mantendrá abierto entre las 6 a. m. y las 3 p. m., siempre y cuando no llueva, no haya neblina, ni exista riesgo de nuevos deslizamientos.
Tal restricción continuará durante las semanas o meses que sean necesarios hasta que no se encuentre una solución definitiva para estabilizar la ladera, declaró el ministro Francisco Jiménez.
“Tampoco podrían ser muchos meses (para hallar una solución). Viene lo más fuerte del invierno”.
Según Jiménez, la información del ICE obliga al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) a hacer estudios geológicos más detallados.
Por ello, se prevé que en los próximos días se realice un sobrevuelo para tomar fotografías e intentar calcular la profundidad de las grietas en la ladera.
También se tomarán en cuenta los aportes del consultor externo Gastón Laporte, ingeniero especializado en suelos.
Mientras tanto, en la zona se apostó una decena de vendedores ambulantes, quienes aprovechan las filas de camiones para vender mangos en tajaditas, papas y plátanos tostados, gelatinas y otro tipo de alimentos.