Guido Miranda asumió la presidencia ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en medio de una huelga médica motivada por el reclamo de ¢2.000 más de salario. Para Miranda se trataba un aumento “muy significativo” en medio de la crisis económica mundial. Estas son algunas de sus reflexiones.
¿Por qué los médicos insistían en que necesitaban un aumento de ¢2.000 si ya se les había aprobado uno inicial del ¢1.300?
Porque eran decisiones de los sindicatos fijar los montos, porque los sindicatos se dieron cuenta de que tenían la sartén por el mango. Crearon una serie de condiciones y una huelga médica era una situación muy seria.
Y se dio la huelga y terminó en la ley de incentivos médicos.
La huelga se levantó por una razón simple: los médicos de Alajuela agarraron a Memo (Guillermo) Sandoval, que era alajuelense y ministro de Trabajo, y lo convencieron de que hablara con Luis Alberto (Monge, presidente de la República que recién asumía ) para que le dijera de que ya la huelga no podía durar más porque ellos –los médicos– estaban padeciendo la falta de salario.
”Carvajal habló con Juan Jaramillo (ministro de Salud) para que también intercediera. Me llamaron a mi y yo era partidario de que sostuviéramos más la huelga para lograr la apertura suficiente para discutir los pedidos de la –eventual– ley (de incentivos).
”Una vez que los sindicatos tomaron poder político, condicionaron a los políticos y a los Gobiernos que, por temor a más huelgas, comenzaron a hacer concesiones”.
La huelga del 1982 terminó en junio, pero la ley de incentivos se promulgó en diciembre. ¿Qué pasó en ese tiempo?
Se fueron haciendo ajustes (a los acuerdos), porque algunos sí podíamos hacerlos.
Pero se estaba saliendo de la crisis económica y el aumento que solicitan los médicos era extra.
Diay, a los camaradas (sindicalistas) no les importó. Para los camaradas la respuesta clásica es: 'ese no es problema mío; es problema del Gobierno, que busque los fondos de donde sea'.
¿Fue pertinente la ley de incentivos en aquel año?
Claro, pero para ese momento.
¿Y en el contexto actual?
¡Ah no! El país cambió y las condiciones económicas también. La ley de incentivos médicos debió ser revisada cuando se planteó esta reforma. (Toma de la mesa una copia del Plan Nacional de Reforma del Sector Salud , de 1993).
Cuando se negocia la ley, ¿se analizó el entorno económico y si la Caja podía asumir los gastos?
Claro, en ese momento era posible asumir eso. Lo que pasa es que cuando uno aprueba una ley uno supone que la ley no es eterna y será revisada en algún momento. Esto –vuelve a señalar el Plan– era para revisar esa ley de incentivos médicos.
Y nunca se revisó.
Nunca se hizo y debería revisarse, por supuesto.
¿Qué análisis hace de lo ocurrido en las últimas semanas?
Esta crisis tiene que ser aprovechada para hacer una revisión de la legislación que el país tiene aprobada y que antes, si bien le sirvió para progresar, ahora más bien lo tiene maniatado. La ley de incentivos médicos no fue creada para el marco económico ni para la población actuales.
¿Qué intereses cree usted que hay tras el planteamiento de más de 2.000 juicios en contra de la Caja por el tema de incentivos?
Lo que los médicos están defendiendo son los salarios altos.