Pablo Rodríguez, vecino de la Guácima de Alajuela, lleva dos meses adscrito al sistema de tarifa residencial horaria de la CNFL. Antes del cambio, su último recibo fue por ¢44.000. Al mes siguiente, pagó ¢23.500.Foto: José Cordero. (Jose Cordero)
Luego de pagar más de ¢40.000 mensuales por su recibo de luz, Pablo Rodríguez tomó la decisión de adoptar un nuevo sistema de consumo.
Rodríguez, vecino de La Guácima de Alajuela, se enteró gracias a unos vecinos que existía una forma de bajar la factura: la tarifa residencial horaria.
Dicho servicio, brindado por la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), permite a los clientes pagar menos, siempre y cuando eviten gastar electricidad en las horas de punta (de 10 a. m. a 12:30 p. m. y de 5:30 p. m. a 8 p. m.), en las que hay mayor demanda a nivel nacional.
Una familia, por ejemplo, puede lavar la ropa y cocinar después de las 8 p. m. y de esa forma lograr el ansiado ahorro. Eso sí, consumir energía en las horas de punta le resultará más caro que con la tarifa normal.
Por esta alternativa pueden optar los hogares que consumen más de 200 kilovatios hora al mes, como el caso de Rodróguez, quien vive con su esposa y dos niñas.
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“Buscábamos en la casa qué era lo que pasaba (...), de hecho vino un electricista a revisar y todo estaba en perfecto estado”, relató.
“Los vecinos me dijeron que ellos utilizaban este sistema de tarifa. Entonces comencé a averiguar y eso fue lo que me motivó a hacer el cambio, pensando lógicamente en que al mes siguiente viniera más baja, y sí, de hecho fue un cambio totalmente radical”.
En diciembre, el último mes que tuvo tarifa regular, esta familia pagó ¢44.000, a pesar de que estuvo afuera de la casa varios días. En enero, una vez instalado el nuevo sistema, la factura bajó a ¢23.500.
Para alcanzar esto, señaló Rodríguez, ni siquiera es necesario un cambio drástico en el estilo de vida. Además, la instalación solo consiste en un reemplazo de medidor.
“Vos seguís usando la luz, usar ventiladores o aire acondicionado y todo eso sigue normal, no es que tenés que cambiar muchísimo. Más que todo es tratar de evitar esos aparatos grandes, que generalmente utilizan mucha corriente”, explicó.
“Uno está en el proceso de acostumbrarse. Por ejemplo, la bebé normalmente se bañaba a las 7 p. m., lógicamente se tiene que usar agua caliente, ahora esperamos hasta las 8 p. m.”, contó este usuario.