Los ascensores de la torre de Telecomunicaciones del ICE, en Sabana Sur, San José, se sacuden “como toro mecánico” y tienen caídas bruscas de varios pisos.
Con estas palabras denuncian empleados del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) los problemas que enfrentan en el edificio de 16 pisos que la entidad compró en julio del 2010 por $100 millones.
Los correos electrónicos con denuncias de los afectados son recopilados por un sindicato en el ICE: la Asociación Nacional de Técnicos y Trabajadores de la Energía y las Telecomunicaciones (Anttec).
Según lo que afirman los empleados, las fallas comenzaron en agosto del 2010, cuando el edificio tenía apenas un mes de estrenado.
En aquel momento, los usuarios reportaron que las cuatro unidades eran insuficientes para atender la demanda de 1.300 empleados, se formaban colas de 30 minutos, las unidades se atascaban o salían de circulación.
Ahora, los denunciantes agregan que al menos dos de los cuatro ascensores se sacuden bruscamente, brincan y emiten sonidos “como de puente de hamaca”.
En una respuesta enviada este jueves a
Elbert Durán, vocero de la institución, alegó que el Banco de Costa Rica, en su calidad de fiduciario y propietario registral del edificio, “está atendiendo el problema con técnicos de la empresa OTIS, proveedora de los ascensores”.
El comunicado agrega que esta misma semana el ICE tendrá el cronograma “para dar una solución integral” a los “incidentes”.
Entre esas soluciones, se incluye la compra de cuatro ascensores más, también de la firma OTIS. Dichas unidades serán costeadas por el BCR.
“¿Qué pasará el día en que un ascensor se venga en caída libre y dentro de él se encuentre una compañera embarazada?”, concluye un comunicado de Anttec que circuló entre trabajadores del ICE.
En respuesta, Elbert Durán sostiene que el Instituto “está trabajando en buscar la mejor solución para esta situación, anteponiendo la seguridad del personal. (...) Y no vamos a desistir hasta lograr la solución definitiva a este problema”.
En agosto pasado, con solo un mes de uso, el edificio tenía problemas con ascensores, iluminación, seguridad de las puertas y los servicios de electricidad y agua potable.