Una inspección anual para revisar aspectos técnicos es el único control que ejerce la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) sobre 90 pistas privadas de aterrizaje registradas en el país.
De acuerdo con la DGAC, en Costa Rica existen 90 aeródromos privados y 28 estatales.
Las pistas, utilizadas para fumigar, transportar turistas y actividades recreativas, funcionan sin ninguna supervisión policial.
Además, a la hora de aprobar su construcción, Aviación Civil tampoco investiga a los dueños para verificar sus actividades y eventuales antecedentes judiciales.
La revisión de la DGAC se limita a la superficie de ruedo, los indicadores de viento y los obstáculos naturales (árboles) que puedan existir cerca de la pista, entre otros aspectos técnicos.
Álvaro Vargas, director de Aviación Civil, explicó que los propietarios de las pistas sí deben llevar una bitácora de los vuelos que aterrizan y despegan en sus propiedades.
Sin embargo, el funcionario reconoció que las autoridades no revisan los supuestos registros.
Marietta Cordero, vecina de playa Bandera en Parrita, tiene una pista privada desde hace más de 15 años y asegura que nunca han tenido que enviar a la DGAC un reporte mensual de las aeronaves que pasan por su aeródromo.
“No, no tenemos que pasar ese tipo de reportes. También es que esta pista se usa poco. Por ejemplo, en estos meses está vacía”, comentó.
Para tener el aeródromo, además, solo hay que hacer la solicitud pues, según explicó el jefe del Departamento de Coordinación de Aeropuertos de la DGAC, Roy Solís, es un derecho del individuo.
“Esto entra dentro del ámbito privado. Si usted tiene una finca y posee su avión, tiene el total derecho”, argumentó Solís.
La condición que establece la Ley General de Aviación Civil es que las pistas de los aeródromos privados no superen los 1.000 metros de longitud.
La legislación agrega que los dueños de estos inmuebles están en la obligación de permitir inspecciones de las autoridades estatales. No obstante, esas son escasas.
Drogas. Precisamente, las debilidades en los controles convierten a los aeródromos en sitios atractivos para actividades ilícitas.
El 24 de agosto, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) halló en la pista Las Piedras, en Cañas, Guanacaste, una avioneta con 400 kilos de cocaína.
En diciembre, otro avión con una tonelada de esa droga fue decomisado en la pista La Pandora en Valle La Estrella, Limón.
“Viendo cómo está la realidad, Aviación Civil debería implementar medidas más estrictas”, afirmó Francisco Segura, director del OIJ.
Según Oldemar Madrigal, director del Servicio de Vigilancia Aérea, se necesitarían unos 500 policías para colocar una pareja en cada pista las 24 horas.
“El país no tiene policías para hacer eso”, sentenció Madrigal.