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El ICE fue el responsable de desarrollar la infraestructura y la conexión de unos 500 kilómetros de cableado de alta tensión en el país. | JORGE CASTILLO (JORGE CASTILLO MONESTEL)
Costa Rica logró completar el último tramo para transmisión eléctrica pendiente en la región, lo cual permitirá mejorar la dinámica de importación e exportación de energía entre los seis países miembros.
Un trayecto de 32 kilómetros entre el cantón de Parrita y el distrito Palmar, en Osa, fue durante los últimos seis años el único cableado en Centroamérica que bloqueaba la fluctuación de energía en el Mercado Eléctrico Regional (MER).
Ese intercambio es posible mediante el Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (Siepac): una línea de transmisión –de 1.800 kilómetros de largo– que se ideó en los setentas, empezó a finales de 1990 y fue concluida, por la mayoría de países, en el 2009.
En el caso de Costa Rica, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) fue el responsable de desarrollar la infraestructura y conexión en 500 kilómetros del territorio.
¿Qué lo atrasó en Osa?: Un prolongado proceso para obtener las servidumbres, múltiples denuncias de vecinos y ambientalistas, y la falta del viabilidad ambiental.
Luego de siete años de oposiciones y juicios, a las 10:20 a. m., del pasado 29 de setiembre, el ICE logró enlazar los últimos 32 kilómetros.
De acuerdo con el BID, aunque el atraso no le permitió al MER funcionar al máximo, no impidió su operación. Se trasegaron casi 1.300 gigavatios hora (GWH) en el último año. Tampoco implicó mayores gastos económicos ni fue obstáculo para que el ICE importara, en abril, la compra de 65 GWh que cubrió hasta 8% de la demanda nacional.
Carlos Obregón, jerarca del ICE, explicó que la conexión recién concluida inyecta dinamismo al mercado (que opera desde hace 15 años) y duplica la capacidad de transmisión hacia Panamá, el país que más sufrió con el retraso del tramo.
Implicaciones. La línea Siepac tiene una capacidad de hasta 300 megavatios (MW); más del 15% de la demanda máxima de Costa Rica.
El proyecto implicó un desembolso de casi $495 millones, de los cuales la mayoría (unos $253 millones) fue aportada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La línea la opera la Empresa Propietaria de la Red (EPR), conformada por socios de distintos países.
Costa Rica fue el país ‘más costoso’: implicó invertir $145 millones.
Según Gina Montiel, gerente del BID para Centroamérica, la capacidad de transporte de la red es suficiente para satisfacer la demanda máxima de la región, de 7.300 MW.
El año pasado, el precio promedio del MWh transado por el MER fue de $120; cerró negocios en la región por $83 millones y registró una disponibilidad eléctrica del 99%.
Tanto Montiel, como Obregón, jerarca del ICE, y Luis Pacheco, gerente de Electricidad, aplaudieron el enorme logro centroamericano.
¿Y las tarifas eléctricas? De acuerdo con la jerarca del BID, la reducción tarifaria, el fácil acceso a la energía en tiempos de escasez y la posibilidad de exportar, traerá beneficios a 45 millones de personas. “El Siepac va a facilitar que las tarifas bajen (...) es un proyecto sin precedentes, que permitirá reducciones en el costo promedio de la energía, lo que hace más competitivos a todos los países”, aseguró.
El presidente del ICE admitió que las importaciones resultan en muchos casos más baratas que generar con plantas ineficientes, por lo que aseguró que el país compra al mercado siempre que le conviene.
Empero, tras analizar el último año de participación del Instituto en el MER, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos reveló que podría importar aún más.
