La interrupción por varios meses de actividades comerciales y productivas impactará, como hace años no se veía, el consumo eléctrico (imagen con fines ilustrativos). Fotografía: John Durán. (JOHN DURAN)
Como no se sentía desde el 2009, Costa Rica cerrará este año con un reducción en su demanda eléctrica aún mayor a la ocurrida hace 11 años, poco después de la crisis económica mundial iniciada en Estados Unidos.
El uso de electricidad se contrajo 1% en el 2009 cuando se consumieron 9.257 Gigavatio-hora (GWh), revelan estadísticas del Centro Nacional de Control de Energía (Cence).
Este año, el Cence proyecta un descenso de 3,6% en el escenario menos desfavorable. De cumplirse esa previsión, la demanda proyectada cerraría en 10.925 GWh, en el 2020.
En cambio, Costa Rica utilizó 11.334 GWh de electricidad al 2019, que en ese año equivalía a un incremento del 2% respecto al 2018.
El consumo eléctrico sirve como referencia del dinamismo general en la producción de bienes y servicios que, este año, ha sufrido un apagón generalizado por el cierre de industrias, empresas y comercios como medida para evitar casos de la covid-19.
Todavía a febrero pasado, el Sistema Eléctrico Nacional reportaba un crecimiento interanual acumulado de 2,41%.
Sin embargo, el nuevo coronavirus apagó aquel repunte pues a marzo ya había bajado a 1,1% mientras que en abril, cerraba en negativo: -1%.
Salvador López, director del Cence, explicó que la proyección anual del 2020 empezó a consolidarse en julio cuando la demanda nacional acumulada iba por -6.37% respecto a julio del 2019.
“Esto nos hace prever una reducción de -3.6 % para todo el año 2020. Creemos que con ese ritmo que llevábamos a julio es muy probable que así sea pero no descartamos que pueda ser más”, lamentó López.
El especialista advirtió de que las distribuidoras de energía enfrentarían así distintos niveles de afectación en sus ingresos que, en otros países, “están obligando a los Gobiernos a tomar medidas para evitar desequilibrios en sus finanzas que los lleve a insolvencias”.
Impacto de pandemia en electricidad
FUENTE: Centro Nacional de Control de Energía (Cence). || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Efecto variable
Érick Rojas, gerente del Consorcio Nacional de Empresas de Electrificación de Costa Rica (Coneléctricas R.L.) indicó que la Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (Coopelesca R.L.) prevé en su caso hasta una variación de -4% en las ventas de luz, este año.
Coopelesca R.L. se ha visto afectada por la interrupción de actividad económica general en su zona de influencia atizada, sobre todo, por la ausencia del turismo en zonas como La Fortuna, en dicho cantón de Alajuela.
En el caso de Coopeguanacaste R.L., Rojas mencionó un efecto todavía más severo pues esa distribuidora atiende la provincia de Guanacaste donde hay más concentración de actividad turística, comercios y hotelería.
Solo entre marzo y julio, sus ventas de electricidad se redujeron 16% en plena temporada alta de turismo en esa zona, respecto a las de años anteriores.
“Solo en julio, el consumo se les vino al suelo 40% respecto al mismo mes del 2019″, señaló Rojas, al recordar que julio suele ser de los meses de más demanda para esa distribuidora por las vacaciones de medio año.
Coopeguanacaste R.L. por ahora es incapaz de prever cómo cerrará el año al llegar los meses de agosto, setiembre y octubre que han sido en el pasado de menor consumo.
No obstante, eso podría variar este año al permitirse, por parte del Gobierno, un poco más de turismo nacional pero no descartan que más bien sea lo contrario si la pandemia obliga a congelar, otra vez, actividades económicas en Guanacaste.
La Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) también confirmó una baja en sus ventas en el bloque comercial de abonados pero esta ha sido compensada por un repunte del consumo residencial.
“Si percibimos una baja pero leve y sin afectar las finanzas. Heredia es una ciudad habitacional y sí hemos visto un traslado del consumo a ese sector por las directrices de teletrabajo y llamados a quedarse en casa”, precisó Allan Benavides, gerente de la Empresa.
Sentido de urgencia
Carlos Montenegro, director ejecutivo de la Cámara de Industrias de Costa Rica, advirtió de que esto genera inquietud entre los industriales debido a que las distribuidoras de energía podrían verse tentadas a pedir alzas para compensar la reducción de sus ventas.
“Sufrimos una situación especial donde no debería aplicarse a rajatabla ese modelo porque las mismas empresas tienen que haber reducido sus costos también. En ese sentido, nuestro llamado ha sido a que, ante esta emergencia, pues que se atienda esto con criterio de emergencia”, señaló.
Montenegro recomendó a las autoridades buscar algún mecanismo para abaratar la electricidad de los sectores productivos para elevar exportaciones, mejorar la producción y en el proceso reactivar la producción industrial y el empleo.
“Hay exceso de capacidad instalada y se cayó demanda, lo que se requiere es crear mejores condiciones para seguir produciendo y competir mejor con una electricidad más cómoda”, mencionó el industrial.
El 12 de julio anterior, el presidente Carlos Alvarado prometió en Cadena Nacional de Televisión que, al cierre de este año, habría un cambio en el costo de la electricidad distribuida por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) que traería “alivio en sus distintas tarifas”.
La presidenta del ICE, Irene Cañas, afirmó ese mismo día al ser consultada, que esfuerzos de la institución en la renegociación de su deuda y el recorte de su propio gasto se plasmarán en una solicitud de ajuste tarifario ante la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) en setiembre, en sintonía con el anuncio del mandatario de abaratar la electricidad.
Sin embargo, Montenegro lamentó los plazos que manejan esas autoridades y por eso, añadió: “ya estamos en conversaciones para ver si se puede hacer esa rebaja lo antes posible porque el desempleo está muy alto y más bien desearíamos que se vea este asunto con ojos de emergencia y sentido de urgencia”.