San José
La Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) anunció hoy que pagó ¢4.143 millones a 111 funcionarios que se acogieron a un segundo plan de movilidad vountaria impulsado por esa subsidiaria del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). En promedio, cada extrabajador se lleva ¢37 millones.
Un comunicado de prensa de la entidad detalla que a quienes optaron por la movilidad se les pagó cesantía (con un tope máximo de 20 años), un incentivo adicional de cuatro salarios –calculados sobre el promedio de los últimos doce meses devengados– y otro sueldo extra correspondiente al Preaviso, de acuerdo al artículo 28 del Código de Trabajo.
Según Oscar Hernández, Director de Finanzas de la CNFL, la proyección del ahorro por la reducción de las 111 plazas es de ¢3.865 millones anuales que ya no tendrán que erogar. Agregó que las prestaciones se cubrieron "con los recursos generados por la operación ordinaria de la empresa" y que ese dinero debería recuperarse en un periodo de 13 meses.
El último día de trabajo de todos estos funcionarios se cumple este viernes 7 de octubre.
A junio anterior, la empresa reportó una pérdida de ¢4.221 millones y el año pasado esa pérdida ascendió a ¢14.000 millones. El agujero financiero de la CNFL reside principalmente en el pago en intereses de deudas de la compañía principalmente con bancos y en títulos de deuda emitidos en el país para financiar la represa hidroeléctrica Balsa Inferior.
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Una pésima gestión de la Compañía construyendo Balsa Inferior provocó que el costo final de la planta se cuadruplicara. La inversión prevista de la obra pasó de $94 millones en el 2008, al iniciarse el proyecto, a $361 millones en marzo del año pasado, cuando concluyó la edificación de la generadora.
Así lo determinó el informe público de la investigación preliminar del Proyecto Hidroeléctrico Balsa Inferior, realizado por la CNFL, y que fue aprobado por el Consejo de Administración el pasado 12 de abril. La pesquisa detectó graves irregularidades y omisiones en la supervisión y fiscalización de la obra, que incluso fue calificada como de informal.
Esos errores explican porqué, al 30 de junio pasado, la CNFL pagó ¢10.800 millones de intereses de esa deuda: 25% más frente al mismo periodo del 2015, cuando ascendió a ¢8.600 millones, según los estados financieros de la entidad.
Este es el segundo plan de movilidad de la Compañía, pues el primero se realizó en el 2014, cuando gastó ¢8.000 millones en el pago de 114 funcionarios que aceptaron irse anticipadamente. Según la CNFL, ambas medidas le han permitido acumular un ahorro y contención del gasto cercano a los ¢11.000 millones anuales.