El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) prescindirá de los servicios de 764 trabajadores en plazas ocasionales como parte de su búsqueda de ahorro y mayor eficiencia operativa.
En la primera semana del año, la entidad ya les anunció a 237 funcionarios su salida a partir del 31 de enero; mientras que otros irán dejando la empresa pública en el transcurso del año.
En el grupo restante hay 268 que conservarán contratos ocasionales hasta que concluyan las obras o proyectos en los cuales laboran. Las fechas de vencimiento son variables.
Del mismo modo, el ICE dejará a otros 259 funcionarios, quienes sustituyen a personal fijo, pero solo hasta que regrese el titular de la plaza.
Esos 764 puestos ocasionales que serán suprimidos formaban parte de un total de 1.228 empleos en esa categoría.
Este es el resultado de una directriz emitida por la Gerencia del Instituto en octubre pasado, cuando ordenó a todas las áreas hacer un “análisis exhaustivo” de este personal .
Así lo explica una de las cartas entregadas a los empleados que dejarán sus puestos a partir del fin de enero y de la cual La Nación tiene copia.
Los 464 funcionarios ocasionales que se quedan definitivamente, serán nombrados en plazas fijas por considerar pues ya realizan funciones permanentes en el Instituto.
Según la entidad, esta decisión sobre los puestos ocasionales son parte de una serie de “medidas de optimización y eficiencia para garantizar la sostenibilidad financiera del ICE”.
“La gestión responsable e integral de esta administración ha contemplado el activo más importante, la gente, pero de una manera responsable y mesurada”, expresó Claudio A. Dittel, gerente corporativo de Administración y Finanzas.Otras acciones. La resolución llega un mes después que la empresa anunció un plan de movilidad laboral voluntaria para empleados con más de 20 años de laborar. La fecha para recibir solicitudes finaliza el 15 de enero.
En años recientes hubo otros tres procesos de movilidad laboral que generaron ¢55.000 millones de ahorro entre el 2012 y 2014, así como congelamiento de plazas, confirmó Roberto Chacón, jefe de Gestión Humana del ICE.
Estas medidas explican la caída en el planilla: para el 2011 había 16.346 colaboradores, en tanto al cierre del año pasado la cifra había caído a 14.847, un 12,8%.
Peso de deuda. Tales disposiciones buscan aliviar el endeudamiento del Grupo ICE, que a junio 2015 ya rondaba 39% de sus activos. Ese porcentaje era de 32% en el 2011. A junio pasado, la deuda ascendía a ¢2,2 billones y casi 70% del monto estaba en dólares, indican estados financieros.
Tanto han crecido las obligaciones del ICE, que la institución se acerca de manera veloz al máximo permitido, pues la legislación de fortalecimiento de la entidad autónoma –Ley N.° 8.660– dicta que el límite de deuda para la compañía y sus subsidiarias deber ser del 45% de sus activos.
La salida del personal ocasional molestó a Fabio Chaves, coordinador del Frente Interno de Trabajadores (FIT) del ICE.
“Creemos que la Administración se aprovecha de la ruptura de relaciones con el FIT y ha vuelto esta salida un asunto masivo”, expresó Chaves.
Para el líder gremial, esta acción responde a una política de restricción financiera “sin ningún estudio sobre los impactos que esto podría tener en los servicios que brinda el ICE”.
Quien también criticó la medida fue Jorge Arguedas, diputado del Partido Frente Amplio y exlíder sindical en el ICE.
“Este personal podría haber estado en categoría ocasional, pero son funcionarios con años y años de vínculo con el Instituto; incluidos profesionales en áreas técnicas y administrativas”, comentó el legislador.
Arguedas adelantó que pedirá al presidente de la República, Luis Guillermo Solís, copia de los estudios técnicos que avalan la salida de estos trabajadores.
Consultado por el tema, el Gobierno se mantuvo a distancia.
“Respetamos la autonomía del ICE. Creemos que esto es materia interna de la institución, que desarrolla un proceso para ser cada vez mucho más eficiente”, respondió el ministro de Información, Mauricio Herrera.