De acuerdo con el representante de IMNSA, la empresa que fungía como supervisora de la vía a Caldera, solo 16 de los 80 kilómetros que conforman esa ruta tienen una mezcla asfáltica que cumple con los requerimientos exigidos en el contrato de concesión.
El ingeniero Enrique Molina, representante de esa firma, declaró ayer ante la Comisión Especial de Concesión del Congreso que el incumplimiento con las características del asfalto en el 80% de la ruta fue informado en su momento al Consejo Nacional de Concesiones.
“Por decirlo de otra forma, de cada 1.000 toneladas de mezcla asfáltica (que se colocaron en la ruta 27), solo 200 cumplían los requerimientos”, manifestó Molina durante su comparecencia.
El representante de la exsupervisora afirmó que en los ensayos realizados a la mezcla se encontró que había altos porcentajes de vacíos de aire (una situación que propicia daños por humedad por efectos de las lluvias).
Molina también dijo que hay fallas en la estabilidad del asfalto.
Varias horas después de esas afirmaciones, la concesionaria Autopistas del Sol reaccionó señalando: “Se aclara que la firma mencionada (IMNSA) no dispone de información suficiente para emitir semejante juicio”, según se lee en una serie de respuestas enviadas a este diario.
Tanto Molina como Autopistas del Sol dijeron que sus apreciaciones son respaldadas por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), de la Universidad de Costa Rica.
Al respecto, el ingeniero del Lanamme, Luis Guillermo Loría, afirmó ayer a
IMNSA fue supervisora de la construcción de la nueva vía a Caldera hasta noviembre del año pasado, cuando el Consejo Nacional de Concesiones rescindió el contrato debido a un informe de la Contraloría General de la República.
Un mes después, el Consejo dio las labores de supervisión a la firma Cacisa-Cano Jiménez.
El exministro basó su comparecencia en antecedentes sobre el modelo de concesión pública, el cual data de finales de los 90.
También dio criterio sobre la experiencia del país en aplicar esa fórmula para el desarrollo de infraestructura: “Si bien en muchos países ha funcionado la concesión de obra pública, lo cierto es que en Costa Rica, por el momento, ha fracasado”, manifestó Méndez.
Asimismo, enumeró proyectos impulsados en diversas administraciones y que han tenido tropiezos bajo ese esquema.
A manera de ejemplo, citó la ampliación del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría (“que lleva más de diez años”), los trabajos en el puerto de Caldera, la vía San José-San Ramón y la propia ruta 27 (La Sabana-Caldera).