Feligreses y sacerdotes de la arquidiócesis de San José acompañaron este lunes al arzobispo José Rafael Quirós, quien presidió la misa del quinto día de la novena en honor de la virgen de los Ángeles, en Cartago.
Antes de presidir la eucaristía, el pastor caminó desde el parque central de Cartago hasta la basílica, acompañado por su vicario, Guido Villalta, así como de varios sacerdotes de San José y Heredia, y de feligreses de esas dos provincias.
En la homilía, Quirós enfatizó que la Iglesia católica seguirá llamando al respeto por el matrimonio sacramental.
"Nosotros como Iglesia no nos cansaremos de seguir proclamando la buena noticia del matrimonio y de la familia, aunque haya proyectos de ley que pretendan callar nuestra voz, que pretendan decir cualquier palabra que discrimine, ideologizada, manipulada, para decirnos: no pueden seguir hablando; o que haya quienes también incluso ya han preguntado al presidente de la República (Luis Gmo. Solís) si nos va a decir algo por estar hablando de estos temas, si nos va a llamar la atención. Pero vamos a seguir proclamando la buena noticia de la vida, la buena noticia de la familia" indicó Quirós.
Criticó las corrientes de pensamiento que pretenden oscurecer el signo de lo que es el matrimonio cristiano que, según dijo, es la base fundamental de la familia.
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El arzobispo desfiló con sus sacerdotes y con fieles y grupos católicos de San José y Heredia que lo acompañaron este 27 de julio. (Jorge Calderón)
Habló contra el facilismo de la vida de hoy, que mueve a algunos casados a hablar de la separación y el divorcio ante las primeras dificultades que afrontan en sus matrimonios.
No al humanismo sin Dios. El prelado llamó a los presentes a no dejarse confundir. Enfatizó que cualquier humanismo sin Dios, tal y como hoy trata de imponerse, no lleva a ningún lado y aparta a las personas de cualquier realización plena.
"La familia ha de continuar como institución donde se transmiten los más altos valores cristianos y humanos, que hoy tanto se necesitan, porque es ahí donde se aprende a nutrir la unidad, el diálogo, el saber escuchar, el respeto mutuo y demas valores que conducen a una sana convivencia".
Pidió no perder esa perspectiva en medio de la confusión en la cual muchos tratan hoy de sepultar a la familia y a la sociedad en general.
Recordó que el papa emérito Benedicto XVI indicaba que ante el descenso demográfico, el divorcio creciente, y las uniones de hecho, a menudo los primeros en sufrir las consecuencias de ese eclipse del amor y de la esperanza son los niños y los jóvenes.
Sufrimiento de la juventud. Con frecuencia, en lugar de sentirse amados y queridos, los jóvenes se sienten solo tolerados. Carecen frecuentemente de una orientacion moral adecuada por parte de los adultos, con grave perjuicio de su desarrollo intelectual y espiritual, prosiguió.
"Muchos niños crecen hoy en una sociedad que se ha olvidado de Dios y de la dignidad innata de la persona humana creada a su imagen. En un mundo plasmado por rápidos procesos de globalización, a menudo estan expuestos únicamente a concepciones materialistas del universo, de la vida y de la realizacion humana", manifestó durante la homilía.
Acotó que sin Dios, el ser humano fabrica sus propios ídolos, sus propios dioses y eso conduce a un menosprecio por la vida, la persona humana, la misma creación y todo lo que procede de Dios.
Los hombres y mujeres libres, convencidos del amor de Dios, que proclaman el evangelio de la vida sin temor, no agachan la mirada ante la exclusión de algunos y la intolerancia de otros. "Es al Señor al que tenemos que obedecer", sostuvo.
No es matrimonio. Ante la propuesta del matrimonio entre personas del mismo sexo, recordó que es algo contrario al plan de Dios. Recordó que el papa Francisco expresó recientemente que a quienes piensen diferente a nosotros, hay que decirles que lo que proponen no es matrimonio. Es una asociación, pero no es matrimonio.
De igual manera, citó la crítica del papa Francisco a quienes no se casan, pero tienen convivencias "part time" es decir, de lunes a jueves con la novia y de viernes a domingo con la familia. "Son nuevas formas totalmente destructivas, limitadoras de la grandeza del matrimonio", afirmó Quirós.