El cálculo de los pasajes de autobús volverá a tomar en cuenta los datos sobre el número de pasajeros que entreguen los propios empresarios de buses.
La cifra de pasajeros movilizados es la variable más importante al determinar la tarifa, pues según aumente o baje la demanda, el pasaje se abarata o encarece.
Así lo decidió la Junta Directiva de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) al introducir cambios en la aplicación de la metodología, a la que se han opuesto los empresarios. El acuerdo quedó firme el 13 de abril y fue publicado en La Gaceta el 3 de mayo.
También se permitió incluir en el cálculo otros gastos de operación y se actualizó el valor de insumos como combustible, llantas y aceites. Ahora, incluso, se reconocerá como gasto directo la limpieza de las unidades.
Las modificaciones suponen una victoria para los autobuseros.
Los empresarios habían perdido la exclusividad de ser los proveedores de datos sobre cuántos pasajeros transportan, pues en la fórmula de cálculo aprobada en febrero del 2016 se determinó que solo se recibirían datos oficiales de demanda de pasajeros, es decir, provenientes del Consejo de Transporte Público (CTP) o de estudios de la propia Aresep.
Esta medida pretendía darle independencia técnica a la información.
La decisión afecta 3.563 pasajes de autobús a cargo de 365 empresas proveedoras del servicio, las cuales, desde la entrada en vigor de la metodología, en febrero del 2016, no habían solicitado ajustes en sus pasajes, de acuerdo con informes de estudios tarifarios de la Aresep.
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Con la reciente modificación, ahora el ente regulador también dará por válidos los registros de sistemas automáticos (barras de los buses) para conteo de pasajeros y las estadísticas mensuales reportadas por los transportistas.
Continúan insatisfechos
Pese a los cambios, Silvia Bolaños, directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans), considera que el método de cálculo debería eliminarse.
“Hemos insistido en que la metodología es como un todo; insistimos en que la metodología debe suspenderse y la Aresep ha venido haciendo modificaciones parciales, como parches, en relación con defectos que tiene. Estos cambios que están introduciendo si acaso mitigan sus defectos”, afirmó.
Bolaños, no obstante, sí reconoció a la Aresep una mayor apertura para hacer revisiones.
“Más allá de la posición intransigente, bueno, luego de informes técnicos que se han presentado, parece que están entrando en razón”, comentó.
De hecho, estas concesiones se dieron luego de que el regulador general, ordenara la creación de un grupo especial de análisis a cargo del Centro de Desarrollo de la Regulación de la Autoridad.
Se enviaron consultas a Jiménez sobre las recomendaciones aprobadas, pero no se recibieron respuestas.
Otros gastos en tarifa
Dicho grupo también sugirió que se les permita cargar a los usuarios otros gastos como aquellos ligados al consumo de baterías y aceite hidráulico, precisa la decisión de la Junta Directiva de la Autoridad.
Además, se les actualizó una serie de valores económicos ya considerados en la fórmula como costo del combustible, de llantas, de aceite de motor, del aceite de transmisión, del aceite del diferencial, del líquido de frenos, la grasa y los filtros de combustible.
Adicionalmente, ahora la limpieza de los autobuses también se incluye como un criterio de evaluación. Por lo tanto, se considera otro costo directo a reconocer, acordó la Junta Directiva de la Aresep.
Antes de estos cambios, la metodología vigente reconocía este costo de limpieza del autobús bajo el rubro de "otros gastos". Su nueva clasificación como un costo directo del servicio de transporte supuestamente busca "facilitar la estimación y medición del mismo", asegura el acuerdo la Autoridad.
Otro modificación de fondo fue la forma en que se calcula la depreciación de los autobuses. Con la metodología de febrero de 2016, se reconocería 100% del valor del autobús en dos partes: 80% en los primeros siete años desde su compra y 20% en los restantes años hasta completar 15 años de utilización.
Todo esto, sin embargo, quedó sin efecto. Ahora se reconocerá una depreciación lineal, es decir de forma constante a lo largo del tiempo.
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Un tema sensible
En julio del 2016, el tema de la cifra de pasajeros motivó a seis autobuseros a solicitar a la Aresep analizar un castigo para el entonces intendente de Transportes de esa dependencia, Enrique Muñoz, por contratar un estudio de verificación de cantidades de pasajeros y carreras reportadas por dichos empresarios.
El intendente ordenó el análisis para obtener datos independientes sobre la operación de los servicios con el fin de utilizarlos como parte de los análisis para fijar tarifas en esas rutas.
Aresep contrató el estudio a la Universidad de Costa Rica mediante el Programa de Desarrollo Urbano Sostenible (Produs) de la Escuela de Ingeniería Civil.
El resultado del análisis, motivó que Muñoz ordenara una revisión tarifaria aún en trámite en seis de ocho rutas al sospechar alteraciones en las cifras debido a inconsistencias detectadas.
Las rutas que se analizaron fueron las Alajuelita, Hatillos, Moravia y San José-Heredia.
Produs halló diferencias de hasta 28% entre la cantidad de pasajeros promedio que cada empresa reportó en el 2014 y los datos del estudio hecho en el 2015.
Produs también detectó inconsistencias en la cantidad de carreras que los empresarios reportan, las que tienen autorizadas y las que sí se efectúan.