Polvo en el aire, alergias en la población, menos agua y mucho calor.
Costa Rica enfrenta el verano en estas condiciones, aumentadas por el ingreso en el Caribe de una masa de aire seco.
Este aire trae consigo un fenómeno llamado calima, que provoca que partículas de polvo se queden suspendidas en el aire y sean más visibles en el cielo del Valle Central y el Caribe, explicó el meteorólogo del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), Daniel Poleo.
“La masa seca va a permanecer por lo menos durante los próximos tres o cuatro días, lo que favorece que toda la condición de polvo que se presenta en el ambiente se mantenga en ese periodo”, expuso Poleo.
Estas partículas pueden provocar problemas respiratorios, asma y alergias.
La calima no llegó al Pacífico, donde sí han tenido que lidiar con las temperaturas más altas del país: este lunes, en Sardinal de Carrillo el termómetro marcó 38 °Celsius (C), en Palo Verde de Bagaces llegó a 37 °C, y en Paquera de Puntarenas a 36,9 °C.
En el Valle Central las temperaturas llegaron a 35 °C en la Estación Fabio Baudrit, en La Garita de Alajuela, mientras que el Caribe, Sarapiquí alcanzó 32,3 °C.
#IMN_Temperaturas máximas registradas este lunes 18 de febrero de 2019. pic.twitter.com/OI16lx9VrK
— IMN, Costa Rica (@IMNCR) February 18, 2019
Caudales disminuyen
El calor provocó, además, que se sequen las fuentes que abastecen a la población, lo que obligó a las autoridades a racionar el agua en todo el país.
La Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) reportó la mayor caída en los caudales bajo su administración desde el 2014. Estas son las fuentes que llevan el líquido a los cantones de San Isidro, Heredia y San Rafael.
“El descenso de caudales empezó durante noviembre del 2018, tal y como se anotaba en el pronóstico del IMN. En este momento la producción de los manantiales se ubica por debajo del mes de abril (mes más seco) del año pasado”, indicó la empresa en un comunicado.
ESPH anunció que el racionamiento afectará a 3.326 de sus abonados, mientras que a nivel nacional, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) avisó a inicios de año que más de un millón de personas sufrirían cortes de hasta más de 12 horas entre enero y junio.
El AyA estimó una inversión de ¢2.300 millones para llevar agua a comunidades afectadas.
Asimismo, el Gobierno está destinando ¢5.000 millones para atender la sequía provocada en el Pacífico Norte por el fenómeno de El Niño.