A dos semanas de terminar sus estudios de médica especialista en Geriatría, Yendry Moreno no sabe qué va a pasar en su futuro laboral.
La causa es la misma que hoy está en boca de los futuros especialistas que, como ella, concluirán su formación este mes: el servicio social obligatorio.
Este es un nuevo requisito que deben cumplir para que el Colegio de Médicos y Cirujanos les permita ejercer su especialidad.
Yendry es la única de tres hijos que vive en el país junto a sus padres. Su papá tiene dos tumores en la cabeza y ella es quien ayuda a su mamá a cuidarlo.
Tras cinco años de cursar la especialidad, esta futura geriatra no está segura de participar en el sorteo de servicio social, convocado para el 26 de enero.
“No he presentado (los papeles) ni los voy a presentar hasta saber qué va a pasar”, comentó.
Ella, de todas formas, termina su formación el 31 de enero y el sorteo se realizará el 26. Sencillamente, no le dará tiempo de presentar los documentos que certifiquen su egreso del posgrado en la Universidad de Costa Rica (UCR), porque el centro de estudios no se los dará, ni a ella ni a otros residentes, antes del 31.
“Nos quedaremos sin trabajo 15 días y luego a correr porque no tenemos la menor idea de dónde iremos a trabajar”, comentó Moreno, quien está casada.
Según dijo, las plazas de servicio social en Geriatría fueron asignadas a sitios como Limón, Ciudad Neily y Turrialba.
La situación actual no le ha permitido planificar su vida: si se pasará a vivir fuera de San José o no; si podrá trasladarse junto con su esposo o no. La situación le impide escoger quién cuidará a su padre, de ser necesario, y no sabe si le pagarán como especialista.
“Mi contrato (de retribución, firmado con la CCSS para cursar la especialidad), dice que yo empiezo el 1.º de febrero del 2015. El Ministerio de Salud nos tiene que ayudar porque este desorden es culpa de la Caja”, dijo.