No más microbuses viejas para llevar pacientes ni atención sin la asesoría de un médico.
Estas son las condiciones que procuran evitar las nuevas normas que pondrá en vigencia el Ministerio de Salud, para autorizar el funcionamiento de ambulancias, tanto de empresas privadas como de instituciones públicas.
Las 52 compañías dedicadas al traslado de enfermos en ambulancia deberán tener entre su personal un director médico de planta capacitado en soporte avanzado, mientras que sus vehículos no podrán sobrepasar los 15 años de antigüedad.
Además, será necesario actualizar el mínimo de equipos que llevan estos automotores, según sean de soporte avanzado, básico o traslado.
Tales obligaciones también se extenderán al transporte de pacientes a cargo de instituciones públicas como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Cruz Roja e Instituto Nacional de Seguros (INS).
Los cambios obedecen al proceso que realiza Salud para la revisión y consulta de tres normas de habilitación de ambulancias de soporte avanzado, básico y traslado terrestre de pacientes, que actualizan las regulaciones vigentes.
En total, en el país hay alrededor de 783 ambulancias de diferente tipo (un 90% clasifica como soporte básico), tanto en instituciones públicas como privadas. La mayoría, pertenece a la Cruz Roja. Este número no incluye las de la CCSS.
"La nueva normativa sacará del mercado a compañías, pues, o se ponen a derecho, o dejan de funcionar", advirtió Gerardo Solano Elizondo, funcionario de la Unidad de Normalización de Servicios de Salud del Ministerio de Salud, quien participó en la elaboración.
Solano explicó que esos nuevos requisitos entrarían a regir a partir del segundo semestre de este año.
Una institución, como la Cruz Roja, requerirá invertir, al menos, ¢2.800 millones al año solo para el cambio de vehículos (incluye, elevar las de soporte vital de 19 a 23), así como para la capacitación de personal necesario en la operación de esas unidades.
Las normas se encuentran en proceso de revisión legal en ese Ministerio y luego pasarán a la cartera de Economía, Industria y Comercio (MEIC), en donde serán sometidas a consulta pública.
Fueron elaboradas por especialistas de Salud y discutidas en el Comité Asesor Técnico de Emergencias Médicas y Traumatológicas (Catemt) de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Ese comité está compuesto por la CNE –que lo coordina–, la Cruz Roja, CCSS, Salud, Bomberos, Colegio de Médicos y el Sistema de Emergencias 9-1-1.
También se envió a consulta de varias empresas privadas que dan este servicio en el país.
Obligados a mejorar
Actualmente, los permisos de Salud no garantizan la calidad mínima básica del transporte prehospitalario y, esto pone en riesgo la vida de las personas que los utilizan.
La atención prehospitalaria o extrahospitalaria es la que reciben las personas antes de llegar al centro médico, cuando sufren alguna situación de emergencia en su hogar, centros de trabajo o en las vías públicas.
Como quedó demostrado con el inventario de ambulancias, realizado durante el proceso para elaborar las nuevas normas, la mayoría son vehículos "armados" solo con un chofer, a cargo del paciente. Esos vehículos clasifican hoy como soporte básico, sin tener las condiciones mínimas para serlo.
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La obligatoriedad de contar con un médico de planta capacitado en soporte vital, dijo Solano, eliminará la práctica de muchas empresas de contar con ayudas esporádicas de conocidos o contactos con alguna formación en el campo, para que colaboren en la atención de víctimas de accidentes o de diversos problemas de salud.
En la parte de equipamiento, se realizó una actualización. Cuando entren en vigencia los requisitos, se pedirá un mínimo de equipos considerado como el estándar básico.
"Estos estándares establecen una atención adecuada; menos de eso no se puede tener", advirtió Solano.
Según el tipo de ambulancia (soporte avanzado, básico o traslado terrestre), se emiten especificaciones técnicas para los aparatos, según sean estos para traslado, inmovilización de pacientes, ventilación y respiración, monitoreo de signos vitales, fármacos y soluciones intravenosas, comunicación, y equipos para la atención sanitaria y bioseguridad (sábanas, tijeras, pañuelos, soluciones, dispositivos para controlar sangrados, para quemaduras, guantes).
Solano destacó que la norma para traslado de pacientes, que no existía, permitirá tener un panorama claro entre lo que es transporte para atención prehospitalaria y el traslado.
"Esto nos separa la población de ambulancias y podemos tener escenarios bien definidos. (...).
”La norma está diseñada para ese traslado, sea de centro a centro (enfermos que requieran un examen en otro hospital, por ejemplo), o en el mismo hospital (llevar a un paciente a recibir quimioterapia). El equipo y el material que ingrese a esa ambulancia dependerá de la condición del enfermo. Igual pasa con el personal", explicó Solano.
Más inversión y capacitación
Los encargados de estos servicios están conscientes del desafío que representará ponerse a derecho, una vez que entren en vigencia las normas.
Edgardo Acosta Nassar, director de Gestión del Riesgo y Atención de Emergencias de la Cruz Roja, apoya la actualización porque los requisitos, tal y como están hoy, complican el trabajo.
"Por ejemplo, la norma actual dice que las unidades de soporte avanzado deben tener la estrella de la vida, pero esto es un logo registrado y tendríamos que pagar un derecho de uso. A veces, se nos detiene una habilitación porque el vehículo no tiene la estrella de la vida y esto no significa nada, pero está en la norma", mencionó Acosta.
En el caso de la Cruz Roja, agregó el funcionario, la nueva norma va a subir el nivel de la ambulancia de soporte básico. "Estamos adquiriendo ambulancias con todo el equipamiento de soporte avanzado, para pasar de básico a avanzado.
"Tenemos casi 600 ambulancias; de esas, 19 son de soporte avanzado y estamos haciendo el esfuerzo para subir ese número a 23. Estamos haciendo los ajustes para elevar ese nivel y tener el servicio de soporte avanzado 24 horas, los siete días de la semana. El país debe comprender, eso sí, que la atención prehospitalaria no es responsabilidad nuestra. Nosotros lo hacemos de manera voluntaria", aclaró.
La Cruz Roja requerirá dedicar, al menos, ¢2.800 millones al año para mantener esa inversión, sostuvo Acosta.
Esa institución revisa cómo resuelven el asunto del personal. Están evaluando cambios en los perfiles de puesto, como en el de asistente operativo. También en el perfil del conductor y del socorrista, para que los dos puedan manejar ambulancias.
"Si el conductor no llegó, el socorrista puede operar la ambulancia y con el asistente operativo pueden ofrecer el servicio. Estos malabares los hemos hecho porque no tenemos capacidad financiera para más", reconoció Acosta.
Por su parte, Marcelo Abarca Morales, director de Operaciones de la empresa Soporte Vital de Costa Rica, asegura que con el paso del tiempo se iba a llegar a esto.
"La misma profesión iba a obligar a mejorar las capacidades y el conocimiento. A nivel comercial, la competencia y la búsqueda de clientes obligan a que se ofrezca un servicio de mayor calidad.
”Las normas se tienen que ver con buenos ojos porque es importante para el país. Sin duda, implicará una serie de ajustes en la empresa, como mejora de salarios, de inversión en equipos... Esto no solo para poder cumplir con un concepto de ley, sino para generar una mejor calidad de atención, preservar y asegurar más la vida de los pacientes", mencionó Abarca.