Prevención, protección y placer... nuevas palabras en adolescentes indígenas

Los jóvenes de Amubri, en Talamanca, comienzan a ver la sexualidad como una necesidad individual y no una continuación del origen ancestral

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Talamanca. “La sexualidad es muy importante para todos los seres humanos... para saber si yo me considero una persona que le gustan los hombres o las mujeres. Hay personas que están confundidas porque no saben si les gustan ambos sexos, pero es muy importante saber y estar seguro de lo que a uno le va a gustar y tener la sexualidad bien definida,”.

Así se expresa Brenda, una joven de 17 años , indígena bribri del clan kölkwak, de Amubri, Talamanca, y que practica la religión católica.

La transformación ocurrida por la influencia de la educación, la salud y las nuevas prácticas religiosas que han llegado hasta ese rincón talamanqueño, la cual es motivo de conflictos y tensiones.

Programas y clases

Según datos del Censo del 2011 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país hay 104.143 indígenas, de los cuales 7.772 son bribris del territorio de Talamanca, en Limón, al cual pertenece la comunidad de Amubri.

De acuerdo con el INEC, los territorios indígenas a nivel nacional presentan un porcentaje de madres adolescentes del 10,2%, lo cual es un 5,9% más alto que el resto de la población del país, que tiene un 4,3%.

Por esa razón, instituciones como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Educación Pública (MEP) incluyeron la zona en el Proyecto Regional Mesoamérica para detener el embarazo en menores de 19 años.

El tema se trata en las clases de Educación para la Sexualidad y Afectividad donde, como parte del programa, se incluye información sobre los métodos anticonceptivos disponibles por parte de la Caja.

Así lo confirma Brenda; también sus compañeros Carl, Luis Andrey, Kendall y Steven, todos estudiantes del Colegio Sulayöm, con edades de entre 16 y 18 años.

Sus planes de estudios se combinan con las de cultura bribri y religión.

Al igual que Brenda, la familia de Carl es del clan Kölkwak. Él acude al templo evangélico. Según dice, respeta a los demás sin importar sus diversas maneras de vivir la sexualidad.

Kendall es católico del clan uniwak y asegura que él tiene la confianza de preguntar a sus padres o profesores cuando tiene alguna duda.

Luis Andrey es católico del clan kölkwak y asegura que sus padres le han enseñado a relacionarse con los demás a partir del respeto propio de la cultura indígena, donde todos están por igual.

Espiritualidad y religión

Para Alí García, investigador, escritor y profesor bribri de la Universidad de Costa Rica (UCR), la pérdida de valores e identidad autóctonos es una respuesta a la fuerte imposición religiosa.

Según dice, esta nueva realidad de la sexualidad bribri se ha dado por la discontinuidad del sistema matrilineal, que es el predominio de la línea materna.

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Steven, por ejemplo, es del clan tùbölwak y acude al templo evangélico, pero no practica sus tradiciones indígenas ni tampoco se interesa por el sistema matrilineal. En su colegio, hay momentos de devoción a Dios dos veces por semana, mientras que la espiritualidad bribri no se practica.

Aunque en el colegio, hay mucho respeto entre creencias religiosas en el colegio, en la comunidad pareciera no existir la misma tolerancia.

El pastor Javier Acuña, del área de Alcance del Centro Evangelístico, ayuda socialmente a la zona con el programa Fundación Esperanza que pretende llevar el evangelismo a los indígenas pues, considera, que ellos no creen en el matrimonio.

"Ya los primeros matrimonios que se dieron allá fueron familias que cambiaron su manera de pensar y se dieron cuenta de que ellos no pueden tratar a sus familias, a sus hijos, como animales, sino que sonseres humanos que tienen su propio valor,” aseveró el pastor.

A pesar de esta percepción, el convenio número 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) señala el respetar de los valores humanos y espirituales de los indígenas bribris.

El cura católico Marvin Robles tiene una visión diferente de la espirirtualidad. Según él, busca compartir con ellos y predicar por el amor que Sibö les tiene a todos.

“No hay problema en el caso de nosotros cuando estamos predicando. Podemos decirles que estamos hablando del amor que Sibö les tiene, aue nos tiene. La espiritualidad, en esa sencillez y en esa “simplicidad”, cuidado sino uno encuentra, más bien, que es donde está más pura,”, consideró el religioso.

Para el awá (chamán) Justo Avelino Torres Layan, todo se trata de respeto.

*Este reportaje se realizó como parte del Programa Punto y Aparte del Instituto de Prensa y Libertad de Expresión IPLEX. Se trata de un espacio que convoca a periodistas, jóvenes y experimentados, en la producción de trabajos de alta calidad, enfocados en la búsqueda de las causas de realidades de riesgo social, pero también en la propuesta de soluciones.