Pacientes indígenas del hospital de Turrialba reciben atención en su propia lengua

Joven de 19 años se preparó como asistente de pacientes y es quien sirve de traductora

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Sucedió en el Hospital William Allen, de Turrialba, en Cartago.

Alberto Obando, un joven indígena, llegó ciego al hospital después de sufrir un accidente.

Los médicos lo vieron y le programaron varias citas, ahí y en el hospital Calderón Guardia, para que su problema se corrigiera. Sin embargo, inexplicablemente él no se presentó a ninguna de las consultas. Solo su mamá.

¿Por qué Obando no asistía?

Los médicos se enteraron de la razón por medio de la asistente de pacientes Ericka Herrera Segura, quien es indígena cabécar y habla esa lengua.

La mamá de Alberto le contó en su lengua a esta joven que ella no entendía por qué su hijo tenía que ir a las citas si no podía ver.

Luego de esa conversación, todo cambió. Obando entendió las indicaciones médicas y asistió como correspondía a la Clínica Oftalmológica, en San José. Le dieron tratamiento y su visión mejoró.

El hospital de Turrialba recibe una gran cantidad de pacientes de zonas indígenas, como Obando. Solo en Emergencias, atiende un promedio de 145 vecinos de estas zonas al mes.

La preocupación del personal de salud es notoria porque muchas veces no entienden lo que estas personas necesitan, y viceversa: los enfermos tampoco comprenden lo que les dicen sus médicos.

Es una población muy tímida, sienten vergüenza ante los médicos blancos según explican, y a todo responden con un ‘sí’.

Para lograr comunicarse, en este hospital han ensayado de todo: señas, pictogramas y la señalización de todo el hospital en ambas lenguas. Pero no bastó.

Dos lenguas

Desde hace un mes, Herrera le da servicio a este hospital como traductora cabécar. Ella habla español y la lengua de su pueblo natal.

Apenas tiene 19 años, pero ya es indispensable en el William Allen. La joven asistente es vecina de Sinoli, una comunidad entre montañas en Chirripó.

Aprendió a hablar español en la escuela de Grano de Oro impulsada por su papá, Edwin Herrera, informó la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en un boletín de prensa.

María Eugenia Villalta Bonilla, directora del hospital, reconoció que Ericka Herrera es fundamental.

“Ella pasa visita con los médicos y convierte el mensaje en una explicación sencilla para los indígenas. Al mismo tiempo, ellos pueden expresar y manifestar sus dolencias sin ninguna barrera idiomática”, dijo Villalta.

El servicio de Emergencias del William Allen atiende un promedio mensual de 145 indígenas. Solo en Pediatría, el 62% de los pacientes son de la etnia cabécar.

Según informó la CCSS, las dificultades de comunicación explican las prolongadas estancias de estos enfermos.

Anabelle Somarribas, jefa del servicio de Pediatría, considera vital la función de la traductora, quien también ha ayudado en la educación de los pacientes en el lavado de manos y el protocolo del estornudo.

Este hospital está realizando cambios para adaptarse a la cultura de la población indígena a la cual sirve.

Entre esos cambios está la compra de sillones confortables para que las madres puedan permanecer con sus hijos mientras son internados, y el estudio para incluir alimentos preparados a base de plátano para los pacientes hospitalizados.