Los chiquitos entre uno y nueve años son las víctimas más frecuentes de las mordeduras de perros.
Un 55% de todos los heridos por esa causa reportados en el 2017 –que superan el centenar–, fueron menores entre esas edades, informó la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en un comunicado de prensa.
El año pasado, los hospitales públicos atendieron un promedio de dos mordidos por perro a la semana.
Datos del área de Estadísticas de la Salud de la Caja revelan que la mayor cantidad de estas víctimas (36,6%) fue referida al Hospital Nacional de Niños.
Este año, el hospital infantil ha atendido a 54 menores de ambos sexos con lesiones provocadas por perros y ocho de ellos han requerido internamiento debido a la gravedad de sus lesiones.
Carlos Jiménez Herrera, director a. í. del hospital pediátrico, explicó que solo se internan aquellos pacientes a los que la mordedura le haya producido lesiones vasculares, musculares o de tendones.
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El médico recordó casos en donde la agresión del animal lesiona las orejas y levanta el cuero cabelludo. Estas heridas son potencialmente infecciosas.
Jiménez Herrera destacó que las lesiones producidas por la mordedura de un perro generalmente se localizan en las extremidades superiores e inferiores, y cara.
Carlos Jiménez y el veterinario Luis Jiménez recomiendan las siguientes medidas de protección a los responsables de menores de edad:
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- Los niños no deben jugar con perros.
- No mire fijamente a los perros
- No moleste ni enfrente a estos animales
- Estos animales no deben tocarse mientras están comiendo
- Evite que los menores hagan piruetas frente a los perros
- Evite que los niños acaricien a los perros, y si lo hacen, que sea bajo supervisión de un adulto
- No corra dándoles la espalda a los canes
- No amarre a los perros porque esta práctica los vuelve más agresivos.
Uno de los casos más recientes fue el ocurrido el 18 de abril, en Río Cuarto de Alajuela, cuando un niño de tres años sufrió heridas en su cabeza tras ser mordido por un perro de raza American Stafford.
El animal era propiedad de un vecino en cuya casa se encontraban de visita el niño y su abuela. El menor no tuvo que ser trasladado al Hospital de Niños pues sus heridas fueron atendidas en San Carlos.
Luego de los hechos, el animal fue decomiso por el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y llevado a un albergue para su rehabilitación, pues se determinó que lo mantenían en malas condiciones.