Hospital de Heredia cambia de proveedor por llevarle frutas y vegetales podridos

Dirección Médica asegura que productos nunca fueron consumidos por los pacientes; nueva empresa inicia contrato el 25 de mayo

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El Hospital San Vicente de Paúl, en Heredia, cambió un proveedor de alimentos porque le vendía frutas y verduras podridas.

Los productos nunca fueron suministrados a los pacientes durante el año que duró el contrato de compra, aclaró la directora médica de ese hospital, Priscilla Balmaceda.

Agregó que el centro iniciará un nuevo contrato con otra empresa este 25 de mayo.

El primero, de ¢80 millones al año prorrogable hasta por tres años, no se renovó y se procedió a firmar con una nueva compañía.

La directora médica explicó que el hospital pretendía comprar productos empacados al vacío. Se conocen como mínimamente procesados.

Según dijo, la intención de adquirir este tipo de insumos, además de garantizar mejor calidad y más seguridad de los alimentos, era ahorrar, pues antes se compraba a granel producto fresco y era necesario almacenarlo bajo ciertas condiciones, y se debía cortar y pelar para su preparación.

“El cambio se hizo porque los alimentos mínimamente procesados llevan una manipulación diferente y porque disminuyen las pérdidas por los desperdicios al cortar y pelar”, explicó la jefa del servicio de Nutrición, Maricruz Bogantes.

La funcionaria de Nutrición aseguró que esto también ayudó a favorecer la salud de los trabajadores al reducir los riesgos laborales de tener que manipular estos productos.

Sin embargo, en el camino, se encontraron con incumplimientos que fueron los que llevaron a no renovar el contrato con la primera empresa: empezaron a aparecer verduras y frutas podridas dentro de los empaques al vacío.

“No pasaba siempre (encontrar alimentos podridos). Cuando se recibía el producto se revisaba en el mismo momento con gente de la Administración y del servicio de Nutrición, para verificar la calidad”, agregó Bogantes.

Además, si estaba previsto hacer un puré, pero el alimento que se iba a utilizar ese día aparecía dañado, se cambiaba el menú por otro producto disponible en buenas condiciones, almacenado en el hospital.

La empresa cuestionada estaba obligada a reponer con frutas y verduras en buen estado aquellas que no cumplieron con los requisitos de calidad, explicó Balmaceda.

“En buena teoría, no debería ponerse malo nada. Si aparecía alguno, nunca se le dio a los pacientes. Nunca se entregó un producto de mala calidad a los enfermos”, reiteró Balmaceda.