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JORGE NAVARRO (Jorge Navarro Trejos)
El aumento en la esperanza de vida y en el número de adultos mayores en Costa Rica obliga al Estado a revisar las condiciones en que vive esta población, así como las políticas públicas en torno a ellos.
“Si el mundo decidió aumentar la expectativa de vida, es para vivir con dignidad”, manifestó durante su visita al país, en mayo, Rosa Kornfeld-Matte, experta independiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en derechos de la población mayor. Seguidamente, un extracto de su conversación con La Nación.
¿Cómo se preparan otros países ante el envejecimiento de su población?
En otros lugares, hay una formación de recursos humanos bastante importante, lo que es básico porque este es un tema relativamente nuevo en el mundo. Entonces, hay que tener capacitación de distintos niveles: desde geriatras hasta gerontólogos sociales, que pueden ser desde abogados, arquitectos, trabajadores sociales. Creo que también hay que empezar a trabajar en las escuelas. Eso es sumamente importante, porque uno envejece desde el día en que nace; cada día, un día más. Entonces, si uno no se prepara desde joven para su pensión, para su alimentación, para su actividad física, va a llegar en malas condiciones.
Atender cada vez a más población adulta mayor implica cambios e inversiones...
Yo no sé si implica inversión, porque ningún país del mundo hoy es capaz de soportar el envejecimiento de la población con los costos que esto implica. Por lo tanto, habría que buscar estructuras nuevas, procedimientos nuevos, reinversión de recursos. Le doy un ejemplo: si se tienen muchos obstetras y pediatras y una baja en la natalidad, bueno, hay que seguir con esos profesionales, pero hay que transformar para que haya más geriatras.
”Otra cosa importante, ¿por qué no permitir que las personas mayores jubiladas que sí lo deseen puedan trabajar y así tengan más recursos? Además, así se mantienen activos, vigentes, y son un apoyo para el país.
”Entonces, hay que reestructurar las políticas públicas de los países, para poder ver cómo hacemos cuando lleguemos a tener más personas pasivas que activas”.
¿Cómo califica la red de cuido del adulto mayor?
Lo más destacable es que se haya hecho, hay países que no la tienen. Creo que es importante, y ahora es insuficiente. Necesitamos más lugares, y le agregaría, para que fuera más completa, el tratamiento de día.
¿Qué condiciones deben tener los cuidadores?
En algunos países que yo he visitado, se decide con muy justa razón –porque yo comparto que las personas se queden el mayor tiempo posible en sus casas– que el Estado cumpla con un apoyo de cuidadores domiciliarios.
”Son personas capacitadas, que han tenido un curso o alguna experiencia. Pueden ser los mismos vecinos que quieran ganar un poco más y que vayan dos días o dos tardes a la casa a ayudar al familiar que ejerce de cuidador, para que pueda irse por lo menos a tomar un café, hacer sus trámites u otra cosa. Y en segundo lugar, para que les enseñen a los familiares cómo tratarlos mejor (a los ancianos)”.
¿Y apoyo económico?
Es complejo, porque ya la vejez es cara: hospitales, todo eso. Yo creo que más que un apoyo económico, a mi parecer, debe haber un apoyo de cuidadores domiciliarios pagados por el Estado.
”Hay países que pagan un poquito a las personas que se encargan de cuidar a su adulto mayor. A veces eso hace una distorsión, porque puede haber un familiar que por recibir la plata, tenga al anciano y lo maltrate, entonces hay que tener mucho control.
Usted mencionó que está muy preocupada por el abandono de adultos mayores en Costa Rica. ¿Es la situación mucho más grave que en otros países?
Me sorprendió el abandono que hay en los hospitales y en los hogares. Personas que dejan ahí a los ancianos; inclusive presentan un carné falso. Y eso sube en época de vacaciones.
¿Cómo contrarrestar eso?
Es que a nadie se puede obligar. Eso es voluntario, es amor. Yo creo que hay que sensibilizar a la gente y decirle que ellos igual van a llegar a viejos, que hay que educar a los hijos para que vean cómo tratar a sus padres... Aquí todavía falta mucha educación.